EMBLEMA XXIV. De Secretis Natura.

El lobo le ha devuelto la vida al rey y, una vez quemado, le ha devuelto a la vida

EPIGRAMA XXIV

Ocúpate en capturar al lobo devorador, arrojándole el cuerpo del rey para saciar su apetito. Ponle, te lo ruego, donde Vulcano hace nacer el fuego, con el cual la bestia se convierta en cenizas. Hazlo una y otra vez: Así se resurgirá de la muerte, y será soberbio y de corazón leonino