El Rey Duenech (en el que brillan las armas del leon verde) hinchado por la bilis estaba atormentado por fuertes molestias. Llama junto a sí al médico Pharut, que le promete la salud y le prepara vapor de agua de la fuente. Este le lavó y relavó bajo la bóveda vítrea, hasta que toda la bilis fue arrojada con el húmedo rocío.