EPIGRAMA IV
No habría en el mundo tanta cantidad de hombres si al hermano no se le hubiera dado su hermana como primera esposa. Por ello, une de buen grado a dos hijos de los mismos padres, de modo que sean marido y mujer en el lecho. Dales de beber a ambos un licor nectarino como filtro de amor y engendrarán la esperanza de un hijo.