- ROQUE GARCÍA DE LA TORRE, "Memorial de Roque García de la Torre", texto presentado y editado por Pedro Rojas García, «Azogue», nº 2, Julio - Diciembre 1999, URL: http://www.revistaazogue.com

 

Roque García de la Torre

MEMORIAL DE ROQUE GARCÍA DE LA TORRE

 

Hemos tomado este texto del "Archivo General del Palacio Real", Madrid, "Sección Administrativa", Legajo 429. Es un breve escrito redactado a finales del siglo XVII donde el alquimista que figura en el título describe las maravillosas virtudes que supuestamente él podía obtener de la "Gran Obra Alquímica". Está dirigido a Carlos II Rey de España, gravemente enfermo y para el que su entorno palaciego andaba buscando un posible remedio que la medicina oficial de la época no lograba obtener. Desesperados se aceptó el ofrecimiento que aquí entrega este Roque García, Valenciano afincado en Nápoles, que prometía la elaboración a medio plazo de una panacea o "elixir vitae" de inmediatos efectos beneficiosos para la salud.
Advertimos de que el texto está transcrito con sus muchos errores ortográficos y sintácticos, apenas hemos retocado algunos giros que hacían demasiado complicada una lectura clara de diversas frases. Para una mayor información consultar:

- MAR REY BUENO, "Consideraciones sobre un Manuscrito Alquímico de la Real Botica". 1994. Inédito. Tesis de Licenciatura. Biblioteca de la Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid.

- MAR REY BUENO; MARÍA ESTHER ALEGRE PÉREZ, "Roque García de la Torre, Alquimista al Servicio de Carlos II", en «Llull», 18 (35), 1995, pp. 545-567.

- MAR REY BUENO, "El Hechizado, Medicina, Alquimia y Superstición en la Corte de Carlos II", Corona Borealis, Madrid, 1998, pp. 39-48.

- MAR REY BUENO, "Alquimia en la Corte de Carlos II (1661-1700)", «Azogue», nº 3, Enero - Junio 2000, URL: http://come.to/azogue

Pedro Rojas García.

 


 

Señor Don Roque García de la Torre, hijo de Don Luis García de la Torre, natural de la ciudad de Alcira en el reino de Valencia, y oficial entretenido por mercer de Vuestra Majestad con veinte escudos al mes, sirviendo en los papeles de la escribanía y oficios del reino de Nápoles. Puesto a los reales pies de Vuestra Majestad dice cómo habiéndose aplicado de muchos años de esta parte al reconocimiento de las cosas naturales, en los tres reinos: animal, vegetal y mineral, sujetos al reino de lo químico de la ciencia práctica, por cuyo medio ha adquirido el reconocimiento y condición así del espíritu universal, como de la materia próxima metálica y divino magisterio del Lapis osal de los sabios, el cual se compone por medio de la ciencia práctica química, siendo el tesoro al cual han anhelado y poseído los mayores monarcas y filósofos del mundo, así por el útil tan grande que de él viene, pues el metal más imperfecto lo solida y hace perfecto oro, o plata, según será preparado el elixir, como también por ser el medio por el cual se puede conservar la naturaleza humana en perfecta y dilatada salud. Pues tomando de ella la cantidad de un grano de trigo en apropiado licor sana la enfermedad más insanable y renovado el calor natural lo vuelve a su mayor vigor, por el cual medio puede el hobre alargar los días de la vida hasta el término prescrito por Dios por cuanto nom est in medicinam semper relebatur eger, unde quamuis certissime simus ultra terminum adeo prefissum esse, tamen languoribus non incongrue medemur.

Pero afirma Artefio, rey que fue de los egipcios, en el tratado que él propio escribió del Lapis que por medio de esta divina medicina vivió 900 años y dicha virtud la aseguran muchos filósofos, y como la experiencia lo demuestra en un hombre llamado Federico Gualde, pues por medio de ella vive de edad de 400 años, el cual se ausentó de Venecia en el mes de diciembre del año de 1686 y de él habla la Gaceta de Holanda del 3 de abril del año 1687, a la cual me remito y hay opiniones muy ciertas de que se conserva en vida y que está en Inglaterra.

Y por cuanto el que tratare de la ejecución de este divino magisterio y medicina universal debe ser hombre de conciencia limpia y desinteresada de los bienes temporales, el suplicante no sólo con noticiar a Vuestra Majestad de su efecto, sino ejecutara dicha medicina por su Real Mano con la aprovación de Vuestra Majestad, pues no lleva interés alguno sino es el celo de buen vasallo y reconocimiento de ser su Rey y Señor natural a quién le debe, como segunda causa, el ser que tiene. A cuyo efecto ha venido del reino de Nápoles, guiado solamente por la estrella de su buena ley. Pues si otros reyes, conociendo la superioridad del rey Supremo, vinieron de más lejanas tieras a ofrecer sus dones, no será mucho que haya venido el suplicante por su Rey y Señor, a sacrificar con su mayor acierto, ofreciendo a Vuestra Majestad como víctima de si inviolable cariño, por medio de esta medicina universal, alguna parte conveniente a su salud, y aumento de su monarquía. Pues para el efecto que intenta conseguir en la salud de Vuestra Majestad, como en el buen logro y provecho de este divino arcano de la naturaleza, en la trasmutación metálica se hallan en la Real Persona de Vuestra Majestad todas las circunstancias y afirman deber tener Santo Tomás de Aquino, Alberto Magno, Arnaldo de Vilanova, Raimundo Lullio, Basilio Valentín y otros muchos y graves autores. Pues dicen que este es un tesoro que lo tiene Dios reservado para sus selectos y para aquellos que tiene intencióin de aplicarlo a su santo servicio y beneficio del prójimo, a cuyo intento dice un soberano ingenio: hec vera sciencia aut invenit, aut facit hominem sanctum. Y así espera en la misericordia de Dios ver logrado su buen celo gozando Vuestra Magestad de perfecta salud y juntamente la dilatada sucesión que deseamos. Por cuanto es nuestra naturaleza la pura esencia de los cuatro elementos, como lo prueba el gran filósofo Hermete, pues dice: quando elementa purificata, reducuntur apuram et in equalem simplicitatem tune habetur medicinam ad prolongandam vitam, dum, natura semper gaudet de consuelo moderato de simpliciter familiaribus. A cuyo intento dice el gran físico Crolio: cognitio quatur elementorum, omnes morbus, et curas demostrat.

Y teniendo este divino arcano la misma actividad en el reino mineral, los purifica separando de los metales imperfectos la impuridad que tienen, e introduciéndoles su virtud los hace perfecto oro o plata, según fuere preparado el elixir, como lo afirma Efidio de Badis, filósofo, diciendo: metalla sunt planeta trasplantata, qui patet expresse non yndicet probationem.

Avicena, en la dicción primera hasta el fin del capítulo séptimo, dice cómo San Juan Bautista fue gran químico y que supo convertir los metales en oro purísimo. Y Santo Tomás, en la cuestión 77 del artículo 2º, como también en el libro 4º de los meteores, y en otra parte afirma que los metales se puede mudar de unos en otros siendo naturales y la materia de ellos la misma. Como también aprueba la dicha transmutación Oldrado jurisconsulto, en el de los Consejos, cuestión 74. Y San Agustín, en el libro de la Ciudad de Dios, también lo afirma. Y Vicenzio monje, en el libro 5º Natural, aforma como Noe tuvo he hizo la piedra filosófica, antes del dilivio general más de 100 años. Y Juan Andreas, jurisconsulto, en las adiciones, ad speculum, dice que en nuestros tiempos tuvimos en la Curia Romana a Arnaldo de Vilanova, gran médico y teólogo, que era químico y que públicamente vendía varas de oro que él hacía con el Lapis. Y otros dos mil autores y filósofos que lo han hecho y escrito, los cuales deja al silencio el suplicante por no fastidiar a Vuestra Majestad. Pues sólo es su intento hacer mención como esta sagrada ciencia es cierta y que ha sido siempre poseida de Personas Reales a imitaciónde su primer maestro Cam, que fue rey de los egipcios en el año de nuestra salud de 294, del cual deriva el nombre de "Chimica", a cuya imitación la han ejercitado tanta numeración de Personas Reales como lo publica el "Teatro Chímico" y como la experiencia lo prueba. Pues vemos que la Majestad Cesarea del Emperador la está en acto ejercitando a imitación de sus antecesores, como también la Majestad del señor Rey de Francia, el cual se tiene por ciertoque posee una parte del Lapis, aunque muy pequeña, la cual se la comunicó un capuchino que vino de Jerusalem, y se reconoce evidentemente en su moneda de oro. Como también es público como el Duque de Florencia está muy aplicado a dicha ciencia práctica, pues con sus propias manos hace y prepara muchos remedios y refrigerantes para la salud humana, a imitación de sus padres y abuelos. Y es muy cierto que de una libra de estaño saca cuatro onzas de purísima plata.

Y así, Señor, espero que a imitación de la Majestad del señor Rey Don Alonso el 5º, que mereció el nombre de Sabio por su profundísima sabiduría, pues fue gran filósofo y muy científico y práctico en la ciencia química, a cuyo intento escribió un libro dividido en tres tratados, el 1º de los elementos, el 2º de la generación de los cuerpos metálicos y el 3º de la generación de las plantas y de los animales, que es lo arcanísimo y recóndito de la filosofía y química natural a la composición de la piedra filosófica, el cual tratado se halla en el 5º tomo del "Teatro Chimico", folio 766. Corone Vuestra Majestad con la elocuencia de su soberano ingenio esta sagrada y divina ciencia. Pues aunque espera que Vuestra Majestad reciba, por medio de su buena ley, este sanativo y arcano del mundo, que viene derivado del impulso soberano. Pues dice el Apóstol Santiago: Omne bonum descendit ex Patre luminum omne datum bonum, et omne donum perfectum de sursum est.

Y siendo Vuestra Majestad el origen de donde dimanan todos los Miñanales Racionales de sus vasallos espera en Dios conseguir ver la salud de Vuestra Majestad Convertida en oro purísimo,para nuestro aumento y felicidad, ad maoirem dei gloriam et proxim utilitatem.

 

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