- JOSÉ RODRÍGUEZ GUERRERO, "Roberto Vallensis, autor del Gloria mundi sonsten Paradeiss Taffel". «Azogue», nº 3, Enero - Junio 2000, URL: http://www.revistaazogue.com

 

José Rodríguez Guerrero

Roberto Vallensis, autor del Gloria mundi sonsten Paradeiss Taffel

 

 

Comenzaremos por señalar que el autor del texto Gloria mundi sonsten Paradeiss Taffel no debe ser confundido con Robertus de Valle Rhotomagensis (Robert de Valle de Rouen), el cual aparece frecuentemente con la coletilla "Cartonensis canonicus" (canónigo de Chartres) en sus rúbricas. Este error está tan sumamente extendido que llegamos a encontrarlo incluso en los habitualmente muy puntillosos catálogos bibliográficos de la Bibliothèque Nationale de París. El investigador François Secret ha sido quien lo ha puesto de manifiesto en su artículo: "Qui était Robertus Vallensis?", en «Bibliothèque d'Humanisme et Renaissance», XXXII, 1971, pp. 632-633.

Roberto Vallensis Ruglensis Ebroicensis, así se conoce al verdadero autor de esta Gloria del Mundo. Se trata de uno de los escribanos clásicos de la alquimia francesa del siglo XVI, no demasiado conocido actualmente, pero muy activo en su tiempo. Su verdadero nombre fue Robert Duval, médico, doctor en Leyes y becario del Collège du Plessis de París donde residió. Nació en la villa normanda de Rugles, bautizado en su parroquia de Saint Germain (1), aunque no se conoce la fecha exacta de su nacimiento debe ser cercana al año 1505. Ya en 1530, siendo todavía muy joven, publicó en la casa de Jean Yvernel de París su primera obra consistente en una serie de comentarios sobre el Ars versificatoria (1511) de Ulrich von Hutten: Comentarius in artem versificatoriam Hulderici Hutteni, cum Methodo primarum & mediarum syllabarum atque specierum carminis a Roberto Vallensi Ruglensi utcunque æditus ad Ioannem Lambertum Lexovenum Collegii Gervasiaci Gymnasiarcham. Según el catálogo Ferguson (II, p. 497a) su segundo libro se imprime apenas un año después también en París: De corrupti sermonis emedatione libellus y conoció reediciones en 1534, 1535, 1537, 1542, 1547, 1549, 1551, 1559, 1560. En 1559 el tipógrafo Guillaume Guillard colaboró con él para sacar a la luz la primera edición impresa del célebre diálogo entre Morenius y Khalid: Moreni Romani quondam eremitae Hierosolmytani, de transfiguratione metallorum. Robert Duval se encargó de localizar el original y de realizar un pequeño prefacio a modo de introducción. El éxito de la obra fue rápido, de manera que en 1564 Guillard y Duval lo reimprimieron añadiendo la Responsio de Bernard de Trèves a Tomás de Bolonia (2).

Posiblemente el escrito más curioso de Duval sea la De veritate et antiquitate artis chemicae et pulveris sive medicinae philosophorum sive auri potabilis materia et compositione (París, 1561; Amsterdam, 1593) por tratarse del primer intento que conocemos de abundar en un estudio histórico de la chimia-alchimia. Cierto es que el espíritu de esta obra no es de crítica imparcial y objetiva, bien al contrario se recrea en las leyendas y en el mito, no obstante es una muestra de la inquietud de los alquimistas del Renacimiento por profundizar en los orígenes e historia de su disciplina con el objetivo de entenderla mejor. Hoy nos puede parecer un método normal, pero en su época era toda una novedad en la forma de acercarse a una práctica tradicionalista como la alquimia. De su lectura se deduce su notable dominio de la bibliografía alquímica medieval. Aporta datos a destacar como, por ejemplo, la leyenda un Nicolás Flamel alquimista hasta entonces no recogida en la tradición impresa.

Otro trabajo de Robert Duval recientemente reconocido como tal es un libro habitualmente atribuido a Jacques Gohory: De la Transformation metallique: Trois anciens tractés en rithme françois (París, 1561). Como su título apunta se trata de una reunión de textos rimados en francés tocantes a la transmutación metálica. Incluye: La Fontaine des Amoureux de Science de Jean de Valenciennes; las Remontrances de Nature à l'alchimiste errant avec la Résponse du dit alchimiste, que Duval otorga erróneamente a Jean de Meun (3); un brevísimo extracto relativo a la alquimia tomado del célebre Roman de la Rose de Guillaume de Lorris y Jean de Meun; el Sommaire philosophique ligado sin fundamento al escribano Nicolás Flamel; también aparecen otras cortísimas piezas de menor importancia. Tal y como ha mostrado la investigadora Marie Madeleine Fontaine (4) la reunión y presentación de este conjunto de obras rimadas fue encargada por editores parisienses a Robert Duval como "contraataque" a las versiones de La Fontaine des Amoureux de Science impresas en Lyon con enorme éxito debido en gran parte a su publicación en francés, idioma del pueblo, y no en el latín de las clases docentes y eruditas.

Sobre las andanzas de Duval podemos comentar que fue amigo de otro médico y alquimista del siglo XVI nacido también en Rugles, llamado Pierre Drouet. A él le dedica una tabla explicativa que hizo organizando las diferentes materias de la gran obra y que aparece incluida en su edición ya citada de la Responsio de Bernard de Trèves (5). También compañero de inquietudes y charlas fue el alquimista de Chartres Jean de Ferrières (6).

A través de las Fiches Picot podemos certificar su relación ya referida con el Collége du Plessis al menos entre los años 1550 y 1565 (7) a la par que deducimos que su situación económica debía ser apretada. La confirmación definitiva de nuestra última sospecha viene de un personaje al que Duval intentó en vano iniciar en la alquimia, nos referimos al clérigo Jean Riolan (1539-1606), quien en sus obras Ad Libaniam [...] responsio pro censura Schoila Parisiensi contra alchimiam lata (París, 1606) y Alchymia triumphans, De iniusta in se Collegii Galenici spurii in Academia Parisiensi censura; et Ioannis Riolani Maniographia, falsi convicta, et funditus eversa (Francfort, 1607) lo describe como un hombre profundamente enamorado y entregado a la alquimia durante toda su vida para finalmente morir como un "médico mendigo", arruinado por su pasión (8). Sobre la fecha de su fallecimiento no se pueden hacer precisiones exactas. Ya hemos apuntado que sus biógrafos lo confundieron habitualmente con el canónigo Robert de Valle de Rouen señalando su muerte en 1567 (9). Sin embargo el médico André Du Breil habla de él como de alguien vivo en 1580, realizando experiencias de laboratorio encaminadas a la obtención de destilados y quintaesencias, se puede ver en su obra La Police de l'art et science de medicine (ed. Léon Cavellat, París, 1580, p 81.) dirigida contra los médicos paracelsistas: "...aux effects desquels si par cas fortuit, un vaisseau à distiller se romp, ou si les feux ne sont deüement continuez, & selon les temps opportuns, diminuez, ou augmentez: ou bien que les choses prinses pour le fondement deffaillent en leur vertu, le tout defaudra, encores en sa perfection, tellement que sera tousjours à refraire, tesmoing maitre Robert du Val au College du Plessis, &Boyneval Piccard". Tenemos también el testimonio de uno de los documentos señalados por las Fiches Picot donde se le relaciona con la villa de Évreux (10) en 1584, de manera que su muerte ha de ser posterior a ese año.

Centrándonos ya en la obra Gloria mundi, comenzaremos por aclarar que no debe confundirse este texto con otro inédito, pero de título muy similar: Gloria mundi vel Lux Solis, conservado en la Herzog-August-Bibliothek de Wolfenbüttel (ms. August 3107, ff. 31-42, S. XV) cuyo autor firma como "Wynando de Ruffo Clipeo Trajectensi".

Según nuestros datos se publicó primera vez en Franckfurt, en el año1620, a cargo de Lucas Jennis, con el encabezamiento: Gloria Mundi sonsten Paradeiss Taffel: das ist Beschreibung der uralten Wissenschafft welche Adam von Gott selbst erlernet, Noe, Abraham und Salomon als eine der Höchsten Gaben Gottes gebraucht, alle Weisen zu jeder Zeit vor den Schatz der gantzen Welt gehalten, und den Gottsfürchtigen allein nachgelassen haben nemlichen de lapide philosophico. Authore anonymo. Se divide en cuatro partes o tratados. El propio Jennis lo incluyó en la célebre recopilación de textos conocida como Musæum Hermeticum (Franckfurt, 1626). Otras ediciones bastante difundidas fueron las de Franckfurt (edita: Johann David Zunnern, 1648) y Hamburgo (edita: Gottfried Liebernickel, 1692).

En España la revista La Puerta (nº 55, Mayo 1999, pp. 89-110) publicó una traducción de la última parte y Ediciones Índigo vertió completamente del texto al castellano (Roberto Valensis, "La Gloria del Mundo", Índigo, 1999). En ambos casos se supone obra de Robert de Valle de Rouen.

A pesar de que la obra se muestra desde el epígrafe como de "autor anónimo" la firma de su redactor figura después de la presentación o introito, leemos claramente Roberto Vallensis Rugl. Es curioso que Robert Duval no sacase a la luz este libro en vida. De hecho más que a publicar obras acerca de la teoría y la práctica de la Gran Obra alquímica netamente propias como esta, Duval optó por la recuperación y presentación de textos medievales en un comportamiento que va acentuándose cada vez más con el paso de los años. Resulta chocante comprovar cómo sus escritos más personales y audaces sean los de su juventud, como este Gloria mundi datado por él mismo en 1526, esto es, cuando apenas debía contar con unos veinte años de edad. ¿Por qué decidiría guardar los escritos alquímicos de juventud?. Dejaremos juzgar al lector y nos seguiremos limitando a poner de manifiesto datos interesantes. De su contenido nos llaman la atención varios detalles.

Lo primero son las continuas interpelaciones lanzadas al lector. Ya todo el introito va descaradamente dirigido a su audiencia solicitando el máximo interés y discreción para con los secretos que se propone revelar. Del resto del tratado podríamos tomar decenas de ejemplos más o menos extensos. Insiste una y otra vez en aplicar este recurso intentando constantemente recoger toda nuestra atención.

Se expone la teoría alquímica del Azufre-Mercurio sobre la generación natural de los metales, su crecimiento progresivo en el seno de la tierra con el auxilio de las influencias planetarias que gobiernan su maduración. El obetivo de Duval es mostrar la realidad de la transmutación metálica en el medio natural para a continuación detallar el modo de reproducir ese proceso de manera artificial. La alquimia es descrita como saber revelado por la divinidad, un concimiento donde el numen divino es el factor determinante en el éxito de las operaciones. La clave para coronar los trabajos depende, no tanto de un estudio racional, sino más bien de la intevención directa de Dios que revela las causas ocultas de los fenómenos naturales inexplicables para el hombre. Así, leemos en el prólogo: "...hay muchos secretos en la Naturaleza que la razón no puede aprehender sin ayuda" y en el apartado titulado "Lo Relativo al Origen de los Metales" dice: "En este fuego el verdadero Arte se resume en tres cosas tangibles que son invisibles e incomprensibles como el Espíritu Santo". Como resultado la "obra alquímica" es identificada como un don de Dios desde el mismo prólogo: "Si queréis obtener este conocimiento de Dios, debéis confesaros pecadores miserables e implorar su bendición, puesto que es lo único que os hará dignos de recibir su don". Pero Duval no se limita a manifestar un mero acto de inspiración divina sobre el alquimista... Recordemos que en los testimonios relativos a su vida citados anteriormente se le identifica claramente como un alquimista de laboratorio. Pues bien, en el Gloria mundi reclama además las propiedades milagrosas de las materias con las que opera. Del llamado "Fuego de los Filósofos" dice: "Los Sabios lo llaman fuego viviente, porque Dios le ha concedido su propio poder divino...". Un poco después parangona los efectos de ese fuego con los acontecidos durante la eucaristía (acto milagroso y sobrenatural), leemos: "Así como Dios alimenta a muchos pecadores malvados con su sangre, así esta Tintura tiñe a todos los metales vulgares e impuros sin verse afectada por el contacto con ellos. Por eso puede compararse con el sacrosanto Sacramento de la Santísima Eucaristía...". En definitiva estamos ante un compendio de ideas en orden a la obtención de la Piedra Filosofal ya presentes en los textos alquímicos europeos desde el siglo XIV, como los de Pietro Bono, por ejemplo. En definitiva queremos hacer notar que la Gloriae mundi tiene por modelo los modos de los alquimistas europeos de los siglos XIV y XV, y en ningún caso hay ni el menor viso de las doctrinas de Teofrasto Paracelso (1493-1541) que convulsionaron el panorama alquímico en la segunda mitad del XVI; precisamente un paracelsismo adoptado por Duval, ya médico, en su madurez, tal y como comenta André Du Breil en una cita recogida por nosotros unas líneas más arriba. Es una importante particularidad que viene a ratificar la temprana fecha de redacción (1526) declarada por el autor.

Vemos también manifiesta una evidente inquietud de Robert Duval por que su discurso sea considerado como serio y formal. Su preocupación es tal en este sentido que en algunas frases llega a decir "Si os parece aburrido, querido lector, leer y digerir mi libro, os pido que os animéis teniendo en cuenta la gran meta que os espera", y en otra parte "Espero que tomes en serio este aviso...". Parece dudoso de que su palabra pueda complacer al lector más bregado en la teoría y la práctica del arte transmutatorio. En la tercera parte del libro volvemos a toparnos con la actitud vacilante de Duval respecto a algunas partes de su propio escrito: "Espero que el iniciado pase por alto las inexactitudes terminológicas que haya podido cometer y que siga mi ejemplo de abstenerse voluntariamente de extraviar a buscadores ansiosos. Puedo haber cometido algunos errores, pero en lo referente al conjunto de mi obra, sé que lo que he escrito es pura verdad". Se trata de sentencias verdaderamente llamativas por inusuales en los textos alquímicos redactados por alguien que pretende ser un Adepto, esto es, una persona que proclama haber elaborado con éxito la Piedra Filosofal. Sin embargo se puede encontrar la razón que las justifica perfectamente si entendemos de nuevo que estamos ante un Robert Duval muy joven, con apenas veinte años de edad; una pluma que proclama explícitamente su triunfo en la Gran Obra alquímica mientras, de manera implícita, deja ver su inseguridad.

Otro detalle que se hace notar desde el primer vistazo es la fuerte dependencia que tiene de la literatura alquímica medieval, tanto en los estilos de redacción como en los temas tratados. Sin rastros del paracelsismo de sus años mayores, abunda hasta la saciedad en la copia literal de frases y aforismos atribuidos a las plumas más difundidas del Bajo Medievo Latino como Morenio, Geber, Hermes, la Turba, Aristóteles, Arnau de Vilanova, Llull, etc. En unas ocasiones Duval cita su fuente, en otras muchas se apropia plenamente las frases. Sobre todo en la primera y segunda parte del Gloria mundi se aprecian claramente párrafos enteros confeccionados como zurcidos de sentencias tomadas de tratados medievales clásicos. Hay, pues, abundante carencia de innovación e iniciativa propia, excesiva dependencia de textos ya plenos a la hora de desarrollar sus explicaciones. No expone sus discursos argumentando por sí mismo con soltura sino que copia las obras que tiene a mano. Es, en fin, otro rasgo más que se puede entender de nuevo a causa de su juventud. Él mismo es consciente de que está hablando con las palabras de otros, de manera que cuando se anima a mostrar su punto de vista personal con observaciones propias lo deja bien claro. Es el caso del apartado titulado Aquí figura mi propia opinión y una sentencia filosófica.

En la estructura interna del texto intenta aquí y allá recrear de forma manifiesta los géneros medievales más habituales como el rosario o compendio de citas (véase la "Tercera parte del libro que contiene los dictados de los filósofos") y el testamento (véase la parte titulada "Seguid ahora mi testamento, que he redactado a favor vuestro, mis queridos hijos, con todo mi corazón").

José Rodríguez Guerrero

 


NOTAS:

1. - ADOLPHE LE MARÉCHAL, "Documents tirés des minutes du tabellionage de Rugles", Rouen, edita: A. Lestringant, 1901, pp. 37-38, nº 107.

2. - Los datos de esta segunda edición son: Moreni Romani quondam eremitae Hierosolmytani, de transfiguratione metallorum, De re Metallica, París, Guillaume Guillard, 1564. El nuevo tratado añadido aparece con el título de Bernardi Trevirensis responsio ad Thomam de Bolonia y consiste en una carta redactada en 1385 por un alquimista alemán llamado Bernard, habitante del Condado de Treves (hoy Trier) y al que la tradición posterior convirtió en Bernardo Conde de la Marca Trevisana de Italia (?). Fue redactada como respuesta a varias cuestiones planteadas por el médico y astrónomo italiano Tomás de Bolonia, cirujano de los reyes Carlos V y VI de Francia. Esta epístola es muy frecuente en las colecciones manuscritas desde el siglo XV y como se puede apreciar comenzó a imprimirse muy pronto. De Bernard de Treves no tenemos muchos datos aunque Cristina de Pizán, célebre hija de Tomás de Bolonia, mujer de enorme erudición, poetisa e historiadora, lo tenía por un estafador y dice de él: "Así era uno de Alemania llamado Bernard que llevó una gran vida y cosechó gran fama y muchos seguidores; pero al fin resultó que todo era vacuidad y decepción". Es de suponer que habla con buen conocimiento de causa.

3. - El verdadero título de las Remontrances de Nature es La Complainte de Nature y su auténtico autor fue el pintor, escultor y arquitecto Jean Perréal. Véase: A. VERNET, "Jean Perréal, poète et alchimiste", en: «Biblithèque d'Humanisme et Renaissance», III (1943), pp 214-252.

4. - Véase: MARIE MADELEINE FONTAINE, "Banalisation de l'alchimie à Lyon au milieur du XVIe siècle, et contre-attaque parisienne", en: «Il Rinascimento a Lione», editan: A. Possenti y G. Mastragelo, Roma, Ateneo, 1988, pp.263-322.

5. - Moreni Romani quondam eremitae Hierosolmytani, de transfiguratione metallorum, De re Metallica, París, Guillaume Guillard, 1564, fol. 67rº-vº: "Ingeniosissimo viro Petro Drouet Medico doctiss. Robertus Vallensis Rugl".

6. - Puede consultarse: FRANÇOIS SECRET, "Le médicin normand Pierre Droet et Jean de Ferrières, vidame de Chartres", en: «Réforme et alchimie», Bulletin de la Société de l'histoire du Protestantisme français, CXXIV (1978), pp. 173-185.

7. - Fiches Picot, t. 24. (Bibliothèque Nationale du France, Dépt. des Mss., microficha 18 (24), s. v. "Duval Robert"). Se encuentran estos documentos:

Para una mayor información sobre estas fichas consultar: DIDIER KAHN, "Quelques précisions sur Robertus Vallensis alias Robert Duval, de Rugles", en «Chrysopoeia», V (1992-1996), pp. 439-442.

8. - Véase: SYLVAIN MATTON, "Un témoignage de Jean Riolan sur Robertus Vallensis", en «Chrysopoeia», I (1987), pp. 77-78.

9. - E. FRÈRE, "Manuel du bibliographie normand", 1858-1860. Frère dice de él que nació en Rouen, fue canónigo de Chartres y murió en Rugles en 1657, todo un cúmulo de incorrecciones".

10. - Según el documento en cuestión, referido en la nota siete de estos comentarios nuestros, la villa de Évreux le favoreció haciéndole "Conseiller" por razones que nos son desconocidas, de ahí que Duval añadiera el epíteto "Ebroicensis" a su nombre, reconociéndose así ligado tanto a Rugles, su cuna, como a Évreux, su honra.

 


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