- F. SHERWOOD TAYLOR. "El Origen de la Práctica Alquimista". «Azogue», nº 1, Enero- Junio 1999, URL: http://www.revistaazogue.com
F. Sherwood Taylor
EL ORIGEN DE LA PRÁCTICA ALQUIMISTA
Tomado de F.Sherwood Taylor, "The Alchemist, Founders of Modern Chemistry", New York. 1949. Con permiso de los herederos del autor.
Es interesante observar que
aunque los griegos clásicos tenía ideas teóricas sobre el
origen de los metales y la naturaleza del cambio, no tenemos
motivos para suponer que practicaron ni la alquimia ni la química.
Quizás fue necesario que el estímulo de un éxito parcial y
aparente en la transmutación se considerase necesario antes de
que se creyera digno de ponerse en práctica la ciencia o el arte
de transmutar los metales. Parece muy probable que antes de que
existiese ningún teorizante sobre la materia, los técnicos prácticos
hubiesen estado preparando metales blancos que mostrasen una
apariencia parecida a la de la plata, y metales amarillentos con
aspecto de oro. Es difícil establecer la antigüedad de estas prácticas.
Campbell Thompson estimó que un fragmento de lápida asiria (siglo
VII antes de Jesucristo) se refería a la elaboración de la
plata; pero los mismos alquimistas suponía que su arte procedía
de Egipto. Así el alquimista Zósimo, escribiendo (y esto debe
tenerse en cuenta) en los alrededores del año 300 de la Era
Cristiana y cuando la ciencia y la mitología egipcia no eran ya
una tradición viviente, empieza así uno de sus libros:
"Aquí se estatuye el libro de la Verdad. Zósimo
saluda a Theosebeia. La totalidad del reino de Egipto, señora,
depende de estas dos artes; el de las cosas convenientes (1), y el de los minerales, pues el que
es llamado el arte divino, esté considerado en su aspecto dogmático
o filosófico o en sus fenómenos en general, fue dado a sus
guardianes para su apoyo y sostenimiento, y no sólo este arte
sino también los que son llamados los cuatro artes liberales y
las manipulaciones técnicas, pues su capacidad creadora
constituye una propiedad de los reyes. Por tanto, si el rey lo
permitía, el que hubiese recibido el conocimiento como una
herencia de sus antecesores lo podía interpretar, bien fuera de
la tradición oral o de las columnas escritas (2) . Pero el que tenía el pleno
conocimiento de estas cosas no practicaba él mismo el arte, pues
hubiera sido castigado. De la misma manera y bajo el gobierno de
los reyes egipcios, los que practicaban operaciones químicas y
los que conocían los procedimientos no operaban por su propia
cuenta sino que servían a los reyes egipcios, trabajado para
llenar sus arcas, pues aquellos los sometían a vigilancia de
expertos especiales y se hacía una estrecha inspección no sólo
sobre sus operaciones químicas, sino también sobre las minas de
oro, pues si en las labores mineras alguien encontraba metales
preciosos, era preciso, según la ley en vigor entre los
egipcios, que lo manifestara para su anotación en el registro público"(3)
Es un hecho indudable que la obtención y la elaboración de
oro fueron, en el antiguo Egipto, el objeto de un arte sacerdotal
que se centraba en el templo de Ptah, en Menfis. Este dios era,
"el maestro de los fundidores y artífices de oro"; su
templo era considerado como "la orfebrería", y sus
sacerdotes eran distinguidos con títulos tales como "Gran
Maestre del Martillo", "El que Conoce los Secretos de
los Orfebres", etc. El mismo alquimista Zósimo,
escribiendo, como ya se ha dicho, en los alrededores del año 300
de la Era Cristiana, nos dice que: "Yo he examinado con
detalle un horno e el antiguo templo de Menfis..." (4) ; y el contexto indica que tal horno era
semejante al empleado por los alquimistas.
También sabemos de algunas indicaciones, procedentes de
Egipto, referentes a la elaboración de sustitutivos del oro. Fue
conocido el chapado del oro y tambié el arte de dorar con láminas
de ese metal, y en el periodo romano (después del año 30 antes
de Jesucristo), sabemos que se usaba el procedimiento de dorar al
fuego por medio del mercurio. Los egipcios practicaban el arte de
colorear el oro por medio de barnices y líquidos corrosivos,
encontrándose en las obras de los primeros alquimistas
indicaciones sobres la práctica de ambos procedimientos. Existe
también alguna prueba de que los egipcios "aumentaban el
peso del oro", rebajándolo por medio de una amalgama con
otros metales, práctica esta que se describe asimismo por alguno
de los primitivos alquimistas.
El Egipto es un país donde la humedad y sus consecuencias,
la podredumbre o descomposición de las cosas, tiene poca fuerza.
Se ha hallado papiros escritos enterrados en la arena, en tumbas,
en sarcófagos de momias y en ruinas. El papiro era la forma más
primitiva del papel confeccionado con tiras sacadas del tallo de
dicha planta. Era un artículo de uso común, poco más o menos
como el papel e los tiempos actuales. En el Egipto romano se
utilizaba para escribir libros, documentos legales, cartas e
incluso para envolver. Se han desenterrado gran número de
papiros que ha arrojado un rayo de luz sobre la vida y las
costumbres del periodo en el que fueron escritos y, a veces, nos
proporcionan algunas noticias sobre los intentos de fabricación
de metales preciosos. Hace más de un siglo fueron desenterrados
dos papiros sumamente interesantes que son conocidos con los
nombres de papiros de Leyden y de Estocolmo (5). Los autores de dichos papiros son desconocidos;
pero su formato y la paleografía indican que fueron escritos a
finales del siglo III de la Era Cristiana. Contienen un centenar
de fórmulas para la preparación (o falsificación) de oro,
plata, asemos (6), piedras preciosas y materias colorantes.
Es interesante observar que todo ello se contiene en un solo
tratado y es evidente que el colorear un metal para imitar el oro
o la plata o de un cristal para imitar las piedras preciosas, se
consideró una cosa análoga al teñido de una pieza de tela.
¿Cómo trataban de hacer el oro y la plata los autores de
dichas fórmulas? He aquí una de las contenidas en el papiro de
Leyden: "56. Asemos un stater (7), o cobre de Chipre 2 staters; 4 staters de
oro; fundido junto."
En otros términos, convertir oro de 24 quilates (8) en oro de 19 o 10 ídem. Este tipo de fórmula
es bastante común. Parece que o se pensaba en una mera mezcla,
digamos, de oro y cobre, sino e un aumento de la cantidad de oro
a expensas de su calidad. Copiamos a continuación otra fórmula,
menos descarada, procedente del mismo papiro:
"Para aumentar el peso del oro, fundirlo con una cuarta
parte de cadmia. Resultará más pesado y más duro." Se
entendía por cadmia una mezcla impura de metales bajos, cobre,
zinc, arsénico, etc., obtenida de los conductos de los
fundidores de cobre. El resultado del proceso descrito sería el
fundir estos óxidos con el metal, con lo que se mezclaría,
rebajaría y aumentaría de peso el oro.
Este papiro contiene una gran variedad de otras fórmulas
para fabricar oro. Este metal no sólo se hace rebajado el
genuino, como se ha descrito anteriormente, sino también por
tratamientos superficiales. A este fin, los objetos de oro bajo
se calienta hasta el rojo vivo con el sulfato de hierro, alumbre
y sal. Estas sustancias producen ácido sulfúrico y clorhídrico
que disuelven los metales bajos de la superficie del oro dejando
una capa delgada de oro puro que, después de ser pulida, hace
que todo el objeto parezca ser también de oro de la misma pureza.
Otras fórmulas describen al modo de dorar. Transcribiremos
igualmente a continuación una fórmula primitiva procedente del
papiro de Leyden: "Para dar a los objetos de cobre
apariencia de oro, de modo que nadie pueda descubrirlo, ni por el
tacto ni por frotamiento con la piedra de toque (9); es especialmente útil para hacer
un anillo de hermosa presencia. Este es el método: triturar oro
y plomo, reduciéndolos a polvo tan fino como la harina, a razón
de dos partes de plomo por una de oro; mezclarlo después y dar
cuerpo a esa mezcla por medio de goma; revestir el anillo con la
mezcla y calentarlo. Esta operación se repite varias veces hasta
que el objeto ha tomado el color, es difícil descubrir el
artificio, porque al frotar con la piedra de toque da la marca de
un objeto de oro y el calor consume el plomo (10) y no el oro."
También se explica el dorado con una amalgama de mercurio y
oro, según el procedimiento moderno. Un cierto número de fórmulas
hacen referencia a gomas coloreadas, barnices o materias
colorantes para teñir metales superficialmente al estilo de la
laca, y se indican numerosos procedimientos para fabricar
pinturas o tinturas doradas y diversos pigmentos y barnices
amarillos. Se concede asimismo mucha atención a la confección
de plata y "asemos", que es una liga blanca parecida a
aquélla. He aquí una fórmula para la confección de la plata (11):
"tómese cobre que haya sido preparado para el uso y sumérjase
en vinagre de tintorero y alumbre, dejándolo empaparse durante
tres días. Después se funde una mina(12) del cobre, alguna tierra de Chio y sal de
Capadocia y hasta seis dracmas de alumbre en escamas (flaky alum).
Fundirlo cuidadosamente y resultará excelente. Añadir no más
de veinte dracmas de buena y comprobada plata lo que hará esta
mezcla indeleble."
Este proceso consiste, e primer lugar, e una limpieza
superficial del cobre (la mezcla de alumbre y vinagre es muy
efectiva). Después se mezcla el cobre con una especie de tierra
de batanero, con sal y con "alumbre en escamas" (flaky
alum), un término que en algunas obras de alquimistas parece que
se usaba como indicativo de un compuesto que contenía arsénico.
Una fundición de todo ello, hecha cuidadosamente para evitar que
no desaparezca todo el arsénico, produce una aleación de cobre-arsénico,
blanca o blanca amarillenta. fundiendo esto con plata se obtendrá
una aleación de un blanco brillante conteniendo quizás un 77%
de cobre, un 19% de plata y un 3% de arsénico. Si el "alumbre
de escamas" es simplemente alumbre entonces resultará una
plata muy baja.
E estos papiros encontramos claramente evidenciado que
fueron llevados a cabo intentos para hacer oro y plata, a veces
auténticos y a veces clandestinos, en Egipto y antes del año
300 de la Era Cristiana. Diríamos que estos papiros fueron obra
de los alquimistas sino fuese por el detalle de que la fabricación
del oro está tratada como un proceso enteramente real y práctico.
No hay en él ninguna teoría o filosofía sobre cambios químicos,
ni se indica ninguna revelación de los dioses ni se alude a las
tradiciones de los filósofos antiguos, ni se ocultan los métodos
bajo símbolos, ni se entona una rapsodia sobre el carácter
divino de su Arte. Tampoco son estos papiros los documentos más
antiguos (13) que revelen ideas sobre la elaboración
de metales preciosos, y, además, los métodos que preconizan son
muy parecidos a los de uno de los grupos de los primitivos
alquimistas.
No podemos considerar estos papiros como la fuente de origen
de la alquimia auténtica. Esto se demuestra porque uno de ellos
menciona al alquimista Demócrito. Pero ellos nos suministran una
valiosa información en el sentido de que los orfebres prácticos
estaban tratando de hacer oro y plata en Egipto no mucho después
del tiempo en que escribieron los primeros alquimistas. Es, pues,
una deducción lógica la de que estos papiros nos revelan la
existencia de una antigua tradición egipcia de elaboradores de
metales preciosos, y que esta tradición contribuyó a la
alquimia primitiva.
F.Sherwood Taylor
NOTAS:
1.- Posiblemente una referencia a la Astronomía o la astrología.
2.- Colocadas en los templos y conocidas con el nombre de "estelas".
3.- Zósimo. Primer libro de la perfección. pº I. (En Berthelot, Collection des Anciens Alchimistes Grecs, Texto griego, pag. 239.).
4.- Zósimo. Sobre los aparatos y los hornos. pº I. (En Berthelot, Collection des Anciens Alchimistes Grecs, Texto griego, pag. 224.)
5.- a) Papyri Graeci Musei Antiquarii
Publici Lugduni Batavi, Ed. C. Leemans, Leyden, 1885.
b) Papyrus Graecus Holmiensis, Ed. O. Lagercrantz,
Upsala, 1913. Berthelot da una traducción de las partes del
papiro que se refieren a la química en su Introduction à l'Étude
de la Chimie des Anciens et du Moyen age. París, 1889, pp
28 y siguientes.
6.- Un metal blanco parecido a la plata. Esta palabra en griego moderno significa simplemente "plata"; e las obras de alquimia parece indicar "un metal blanco parecido a la plata".
7.- Medida de peso.
8.- El oro egipcio no era siempre refinado, de suerte que el oro original podía contener plata y cobre y el producto final resultaba todavía más rebajado de lo que las fórmulas indicaban.
9.- Una piedra dura y negra en la que se frota el oro dejado una clara raya metálica. El color y la longitud de la misma capacitan a un experto para determinar la pureza del oro.
10.- Es decir, lo oxida convirtiéndolo en litargirio que se funde y desaparece.
11.- Papyrus Graecus Holmiensis. (1ª fórmula).
12.- Medida de peso.
13.- Los papiros son mucho más antiguos que los manuscritos alquimistas existente; pero los primeros alquimistas vivieron dos siglos antes de la fecha e la que se escribieron los papiros de Leyden y de Estocolmo.
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