Jesús L. Serrano Reyes
TRES NUEVOS ANÁLOGOS ESPAÑOLES PARA UN CUENTO INGLÉS
Editado en Jesús L. Serrano Reyes, Didactismo y Moralismo en Geoffrey Chaucer y Don Juan Manuel: Un estudio Comparativo Textual. Córdoba: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba, 1996: 252-273
Del mismo autor: http://www.chaucerandspain.com
No existe hasta el momento ninguna fuente reconocida de The Canon’s Yeoman’s Tale incluido en los Canterbury Tales de Geoffrey Chaucer . Incluso, como mencionaremos más adelante, hay eruditos que lo consideran apócrifo. El texto que se ha considerado más próximo hasta ahora ha sido un cuento de Ramón Llull. Así viene recogido en la edición más completa y moderna de la obra de Chaucer editada por Larry Benson (1991: 947): No source is known for the tale, and the closest analogue so far unwearthed for the tricks in part 2 is a story by Ramón Lull (d. 1315), in which a swindler adds to molten gold a mixture purporting to be an herbal eluctuary, but actually containing much gold, so that the amount of gold found at the end is greater than was originally melted down.
El cuento de Ramón Llull es muy corto y pertenece a su obra Felix o Libre de Meravelles (1). Si éste es considerado el análogo más cercano, nosotros nos proponemos realizar una doble aportación: mostrar dos análogos españoles más y demostrar cómo uno de ellos pudo ser una fuente para la «Pars Secunda» de The Canon’s Yeoman’s Tale.
Realizaremos un análisis comparativo que partirá de un material más amplio, cuatro cuentos: «IV. De l’alquimia», inserto en el «Llibre Sise: Del Metals» del Libre de Meravelles de Ramón Llull; «Del consejo que dio el infante Roboán al emperador de Trigida sobre un físico», incluido en el Libro del Caballero Zifar (2); el «Exemplo XX» de El Conde Lucanor (3) de don Juan Manuel y el cuento «The Canon’s Yeoman’s Tale» de The Canterbury Tales.
Con este estudio trataremos de poner de manifiesto como un mismo tópico es desarrollado siguiendo un mínimo común de similitudes, aunque con las claras diferencias que marcan la originalidad de los diversos autores. Nuestra contribución al conocimiento de la obra de Chaucer estribará en desvelar estos cuentos como análogos del cuento mencionado del autor inglés.
Seguidamente, veremos, mediante nuestro análisis, que The Canon’s Yeoman’s Tale puede ser temáticamente la otra cara de la moneda de The Franklin’s Tale. Más adelante, realizaremos un estudio comparativo del cuento de Chaucer y del Exemplo XX, analizando la temática y la estructura didáctico-moral de ambos textos. También llevaremos a cabo un análisis de la repetición como factor de la estructura narrativa. Así mismo, nos plantearemos el análisis léxico como un instrumento operativo que nos permita, tanto desde un enfoque etimológico como lingüístico, revelar la posible influencia verbal del texto español en el texto inglés. Por último, abordaremos un análisis del argumento que permita aflorar aquellos elementos comunes que comparten, de forma exclusiva, The Canon’s Yeoman’s Tale y el Exemplo XX. Todo nuestro análisis sobre los diferentes aspectos (temático, didáctico-moral, narrativo, léxico, lingüístico) que consideramos más importantes, pretendemos que nos aporten unos resultados lo suficientemente convincentes como para demostrar no sólo la existencia de otros análogos para The Canon’s Yeoman’s Tale, sino para la existencia de una posible influencia del Exemplo XX de don Juan Manuel.
1. Análogos para The Canon’s Yeoman’s Tale
Aunque la literatura sobre la alquimia fue abundante en la Edad Media, no deja de sorprender el desconocimiento sobre las fuentes del cuento de Chaucer. Sin embargo, hay que diferenciar dos aspectos: el científico y el literario. Sobre el primero tenemos las referencias explícitas del propio autor a «Arnold of the Newe Toun» (1428) y «Plato» (1448), aunque Chaucer parece atribuir erróneamente su cita a Rosarium, obra del primero. Así lo reconoce H. Duncan (1968: 641): The yeoman mentions the title of one, the Rosarium (i.e., The Rose Garden or Rosary) and quotes from another, De secretis nature (i. e., Concerning Nature Secrets ). Then there is the «book Senior» which the yeoman apparently attributes to Plato and which is more than likely the text carrying the exotic title: Epistola solis ad lunam crescentem (TheSun’s Letter to the Crescent Moon) which begins: «Dixit senior ladid filius Halimit». The yeoman quotes also from this.
El mismo autor considera que gran parte de la lista de sustancias, aparatos y procesos explícitos en el cuento de Chaucer pertenecen más que a ninguna otra obra a Sum de Geber o Jabir. Este «error» de Chaucer al citar sus fuentes sobre los aspectos científicos que utiliza para su cuento, así como la existencia de otras posibles fuentes no mencionadas explícitamente, nos llevan a pensar en una posible justificación por la misma abundancia de tratados sobre alquimia. En este sentido hemos de ofrecer aquí un dato que nos parece significativo por cuanto supone una referencia que ayuda a sustentar nuestra hipótesis: la alquimia tiene su origen en los árabes y son las órdenes mendicantes las principales fuentes de traducción desde el árabe al latín, principalmente, además de sus primeras difusoras. España juega un papel importante como transmisora y fuente del saber sobre la alquimia, y así es reconocido por Duncan (1968: 635): In fact, friars of the mendicant orders were the chief producers (on the basis of Arabic learning adapted through Moorish Spain), codifiers, and purveyors of alchemical treatises; at least treatises ascribed to them were current in the fourteenth century.
Es cierto que existe también una prohibición y que, aunque figuras como Alberto Magno la consideran legítima dentro de la universidad, ya en el siglo XIV dejaría de formar parte del currículo, y, tanto los dominicos como los franciscanos, se pronunciaron contra ella (4). Es, desde este aspecto negativo, desde donde se enfoca la intención didáctica de la mayoría de los cuentos sobre alquimia. Los autores pretenden que se abandone su práctica y escriben sus obras al servicio de tal propósito.
Nosotros no nos detendremos en esta fase de nuestro estudio en el aspecto científico, sino en el literario de The Canon’s Yeoman’s Tale. Más adelante lo abordaremos desde una perspectiva léxica y haremos referencia a la posible españolidad de Arnaldo de Vilanova.
Nuestro objetivo, en este apartado de nuestro análisis, es contribuir al conocimiento de la obra de Chaucer y de nuestra literatura española medieval con la demostración de la existencia de dos nuevos análogos españoles del cuento de Geoffrey Chaucer, que no han sido reconocidos hasta el momento. El cuento de Llull referido en las «Explanatory Notes» de The Riverside Chaucer tiene una extensión muy corta si lo comparamos con el de Chaucer. Como veremos, existen, ciertamente, algunas similitudes entre ambos textos. Pero nos extraña que sea éste el texto que se ha encontrado hasta el momento como el análogo más próximo («the closest analogue«), cuando, a nuestro entender, existen dos cuentos españoles que tienen más paralelismos con el cuento inglés que el de Llull. Nos referimos al Exemplo XX y al cuento «Del consejo que dio el infante Roboán al emperador de Trigida sobre un físico», incluido en el Libro del Caballero Zifar. Los cuatro cuentos comparten el motivo de la alquimia con la anécdota del engaño. Realizaremos un estudio comparativo de ellos para mostrar, en una primera fase, los paralelismos existentes. Nuestro análisis de estos cuatro cuentos se hará desde un enfoque temático, narrativo y de personajes para poner de manifiesto en qué basamos nuestra consideración de análogos.
1.1. El origen del tópico
Hemos mencionado ya que el origen de la alquimia procede de los árabes. La misma palabra «alquimia», etimológicamente, tiene su origen en el árabe «al-kuimia», y éste del griego «Ximia» (chymia). Es, por tanto, una voz de origen griego que viene al romance por medio del árabe. ¿Cuál de los cuatro cuentos puede considerarse el más antiguo? Si tomamos la fecha de composición como factor determinante podemos establecer el siguiente orden: Llibre de merevalles, Libro del Caballero Zifar, El Conde Lucanor, The Canterbury Tales. Pero el orden cronológico no resulta decisivo para indicar cuál de los cuentos pudo ser la fuente originaria, pues cualquiera de ellos pudo tener una fuente común más antigua. De cualquier modo, el origen oriental del tópico es reconocido por los estudiosos más importantes. Así para los cuentos españoles, sugieren una fuente común árabe Lida de Malkiel (1969: 97), Marín (1955: 3) y Ayerbe-Chaux (1975: 20), quien sugiere que el cuento de Llull es muy probablemente la fuente de inspiración no sólo para don Juan Manuel, sino también para el Libro del Caballero Zifar.
Nosotros, si nos limitamos al factor cronológico, como ya hemos indicado, tendríamos que estar con Ayerbe-Chaux, pero no consideramos que una aseveración tan importante deba estar sustentada en argumentos tan débiles,. Hay elementos como el del castigo de figurar en una lista por avaricioso y crédulo que no aparece en Llull y sí en don Juan Manuel y en el Libro del Caballero Zifar, y que Devoto (1972: 404) dice que es un motivo tradicional dotado de existencia folklórica propia (anotar a alguien en una lista de tontos y reemplazarlo por el burlador).
El mismo autor añade a renglón seguido la siguiente información sobre el origen del cuento: Motivo tradicional K.111.4 (Keller, que cita además el Caballero Zifar; repetido por Thompson, que no da otro dato). Según Puybusque (pág. 277), el cuento aparece en historias y descripciones de Persia.
La procedencia oriental del tópico nos parece fuera de toda duda. En este sentido, debemos señalar la significativa importancia que tuvo España como centro de traducción y difusión de la literatura y ciencia oriental, sobre todo durante el reinado de Alfonso X, El Sabio, tío de don Juan Manuel. La existencia de las tres versiones españolas del mismo tópico que estamos analizando sustenta el grado de importancia de nuestra referencia histórica.
1.2. Cuatro versiones de un mismo tópico
La justificación de la elección de estos cuatro cuentos se sustenta en que todos ellos poseen el mismo tópico como eje central sobre el que giran todos ellos. Es conveniente pues, en primer lugar, delimitar el tópico y en segundo lugar, plasmar las diferencias y similitudes que existen entre los cuentos, que nos permitan determinar los paralelismos imprescindibles para poder calificarlos como análogos.
El tópico funciona como tal por la existencia imprescindible de dos personajes: un falso y astuto alquimista, y una víctima crédula y avariciosa. La avaricia es el motor de la acción y la alquimia es el instrumento para cometer el engaño. Así pues, estos dos personajes con estas características, junto a la alquimia y la avaricia, constituyen los elementos fundamentales que delimitan el tópico. En el cuadro siguiente puede observarse como se refleja desarrollado el tópico en los cuatro cuentos (5).
FELIX | ZIFAR | EXEMPLO XX | CANON | |
Falso alquimista | hom | cauallero (buen, estraño) | golfín(golfín, assessegado) | chanoun (feendly, false, theef, fox) |
Victima | rey | rey (justiciero, nescio) | rey(mal recabdo, bien andante) | preest (plesaunt, servysable, glad, sely, innocent, unhappy, sotted) |
En los cuatro cuentos aparecen los dos personajes imprescindibles del tópico: el timador y la víctima. Los dos poseen las cualidades inherentes a su papel: la falsedad y astucia en el primero y la avaricia, y la credulidad en el segundo. Si bien es cierto que el afán de enriquecerse es una característica común de los dos personajes, aparece reflejada más expresamente en la víctima en forma de deseo de abundancia, mientras que, paradójicamente, el timador consigue la riqueza sirviéndose de ese deseo en los demás.
Como puede apreciarse en el cuadro de arriba, el grado de calificación de los personajes va aumentando a medida que el relato aumenta su extensión y dependiendo, según nuestra impresión, de la calidad literaria que ofrece el autor. Nuestra segunda observación se ve ratificada al comparar la extensión del cuento de el Libro del Caballero Zifar y el Exemplo XX, al comprobar que, si bien el primero es más extenso, el segundo ofrece una mayor riqueza descriptiva. El factor común que incide en el grado de calificación de los cuatro cuentos es su situación temporal y los condicionantes que de ello se derivan. La fecha de composición determina una época y un tipo de sociedad que están reflejadas en el estilo de los autores. Pero al margen de esto, que puede resultar secundario, nuestro objetivo de reflejar los personajes mínimos necesarios y sus características comunes para la existencia del mismo tópico lo consideramos cumplido. En el caso del cuento del Felix es necesario significar que estas cualidades están latentes en cuanto a que están implícitas en las acciones que realizan los dos personajes: «hom pença com pogués ajustar molt gran tresaur», que indica el afán de enriquecerse y «e el rey cuydá’s que fos alquista segons veritat», que indica la astucia y falsedad del «hom» que ha convencido al «rey», y la credulidad y avaricia de éste.
Es revelador el progresivo uso de adjetivos negativos para describir a los dos protagonistas, especialmente al timador. Esta progresión «in crescendo» de lo negativo habría que atribuirla al progresivo deterioro que va adquiriendo la consideración de la alquimia, como ya mencionamos más arriba, al hablar de su prohibición por los dominicos y franciscanos. Esta evolución está reflejada según la época de cada cuento. Así observamos como en el cuento del Felix no hay ninguna calificación, en Zifar hay un adjetivo positivo («buen») para el timador, mientras que la víctima aparece con uno positivo relacionado con su estado social («justiciero») y otro negativo («nescio») relacionado con su actuación en el argumento. Cuando realmente se aprecia el desdén hacia la alquimia y hacia lo que alegóricamente representa, es en el cuento de don Juan Manuel y en el de Chaucer, donde los narradores usan el término «grand golfín» y «false» de forma asidua durante el relato para describir a los timadores. En el caso del escritor inglés, que tiene un estilo más rico, con más variedad y abundancia en las descripciones, aparece como diabólico («feendly») y astuto («fox»).
Otra de las conclusiones se deriva del estado social de los protagonistas. Hemos dicho que todos tienen la misma función, lo cual hace posible el tópico, y además en la dualidad del timador-timado concurre una característica común: el timador pertenece a un nivel social inferior a su víctima. En los cuentos españoles la relación es entre súbditos («hom, cauallero, golfín») y el rey. En el caso de Chaucer esta relación se desarrolla en el ámbito eclesiástico, con una distancia menor entre los protagonistas, un canónigo y un sacerdote.
Si nos hemos centrado en los personajes, en sus cualidades y en sus funciones, ahora lo haremos en las acciones principales de los relatos, estableciendo una comparación entre ellos para determinar lo más sustancial del tópico. Siguiendo una división clásica de la narración, consideramos como cruciales tres momentos del relato: comienzo, nudo y desenlace. Estas tres partes son aquellas en las que los protagonistas de la acción son el timador y su víctima. No incluiremos, por tanto, las partes del cuento estrictamente didáctico-morales, ni tampoco los finales del cuento de Zifar y del Exemplo XX que son prácticamente idénticos (esto es, el de anotar el nombre en la lista de incautos).
FELIX | ZIFAR | EXEMPLO XX | CANON | |
A-Inicio: anzuelo | «e dix que ell era alquimista» | «…le respondio: _Sepades, señor, que el mi mester es facer oro» (pág.403) | » …quel amostraría lo que ende sabía» (pág. 128) | «I wol yow shewe, and if yow list to leere,/ I wol yow teche pleynly the manere…» (1056-1058) |
B-Nudo: muerde | «Per.III. vegades féu aço lo hom e el rey cuydá’s que fos alquimista segons veritat» | «E el rey quando lo vio fue muy ledo e tovo que avía fecho dio mucha merçed con la venida de aquel cauallero.» (pág. 405) | «Et desque el vio que de cosa que costaba dos o tres dineros salía una dobla, fue muy alegre…»(pág. 128) | «He putte his hand in and took up a teyne/ Of silver fyn, and glad in every veyne/ Was this preest, whan he saugh it was so» (1240-1243) |
C-Desenlace: pescado | «A la fi: que lo hom fugi ab fran cópia de aur que el rey li havia comanat per tal que.l multiplicás.» | «E el cauallero tomó su aver e fuesse, con entençión de non tornar mas nin de se poner en lugar do el rey le podiese enpesçer.» (pág. 405) | «Et desque el golfín lo tovo en su poder, fuesse su ca[r]rera et nunca tornó al rey. Et assí fincó el rey engañado por su mal recabdo.» (pág. 129) | «He wente his wey, and never the preest hym sy/ after that day…(1381-82)»Lo, thus byjaped and bigiled was he»(1385) |
La primera conclusión que podemos sacar del cuadro anterior es que los cuatro cuentos comparten los tres momentos fundamentales del argumento que habíamos señalado. Lo que podríamos denominar «la historia de un engaño» admitiría el parangón usando los términos tópicos de la pesca: a) se echa el anzuelo, b) el pez muerde el anzuelo, c) el pez es pescado.
El cumplimiento de las características básicas de estos tres momentos fundamentales del argumento en los cuatro cuentos, junto a la existencia de los personajes básicos y sus características, configuran los componentes esenciales necesarios para determinar la existencia de un tópico común. Nos proponemos analizar más ampliamente aquellos aspectos comunes o más cercanos entre los cuatro cuentos. Para ello continuaremos analizando el cuadro de arriba y, más adelante, aplicaremos nuestro análisis comparativo al conjunto de los textos, sin limitaciones.
Del examen del apartado A (Inicio: anzuelo) podemos sacar las siguientes conclusiones:
a) La presentación del timador a su víctima incluye las palabras «alquimia» o «alquimista» sólamente en Felix y Lucanor, mientras que en Zifar aparece como la definición «fazer oro» y en el cuento de Chaucer como «philosophie». Esta aparente diversidad necesita alguna aclaración. La palabra «alquimia» o «alquimista», que ya vimos que es árabe, aparece en todos los cuentos menos en el de Zifar. En Chaucer aparece «alkamystre» (1204) exclusivamente en este cuento. En la presentación que el canónigo hace de su secreto utiliza la palabra «philosophie» que, como bien recoge The Riverside Chaucer en su nota 1058, al pie de la página 276, significa alquimia. Y con este mismo sentido es usada de nuevo en el verso 1373 del mismo cuento.
La similitud de la presentación como alquimistas de los timadores en los cuatro cuentos nos parece evidente en un sentido conceptual, y la apariencia de diversidad en la forma («alquimista» «facer oro», «fazer alquimia», «werken in philosophie») nos parece fruto de la originalidad de cada autor a la hora de expresar la misma idea en su propia lengua.
b) Es común a los cuatro cuentos que la iniciativa, el origen del engaño parte del falso alquimista, que es el que se pone en movimiento para presentarse como tal. Así, en todos los cuentos, los timadores se dirigen a sus víctimas en un momento de amabilidad de estos.
c) En la presentación de los falsos alquimistas, exceptuando el cuento de Zifar, que es el más corto, aparecen palabras significativas relacionadas con su misión: transmitir («amostraría», «shewe») un saber («sepades», «sabía», «teche») mediante un trabajo manual («fazer oro», «fazer alquimia», «werken in philosophie»).
Del apartado B («Nudo») podemos deducir lo siguiente:
a) En el nudo del argumento; es decir, cuando la preparación para el engaño está en su punto culminante (la víctima ha sido convencida de la autenticidad del alquimista), se aprecian dos fases consecutivas: la verificación del proceso que conlleva el convencimiento de la víctima y, como consecuencia, la satisfacción.
De estos dos estados la víctima es el protagonista. Esta situación se produce con los personajes timados los dos procesos. Sin embargo, también podría hablarse de que, en cuanto que momento cumbre, es cuando los dos personajes sienten realizados sus deseos. Obviamente, desde el punto de vista del narrador, sería cuando el triunfador es el falso alquimista y el perdedor es la víctima que se siente satisfecha. Sobre todo en los cuentos de don Juan Manuel y Chaucer los narradores hacen partícipes a los lectores de su punto de vista, convirtiéndolos en cómplices de su omnisciencia: saben lo que la víctima no sabe. Es, entonces, el momento en que se cumplen las cualidades de los dos personajes: el timador es falso y astuto, mientras que el timado es avaricioso y crédulo.
b) Los dos procesos anteriores tienen su soporte en palabras claves que aparecen en todos los textos, exceptuando el de Llull. Hemos de significar esta circunstancia para reafirmarnos en nuestra hipótesis de la consideración de estos otros dos cuentos españoles como análogos. Las palabras a las que nos referimos son el verbo «ver» y el adjetivo «alegre».
FELIX | ZIFAR | LUCANOR | CANON |
——– | «vio» | «vio» | «saugh» (1242) |
——– | «ledo» | «alegre» | «glad» (1241) |
En el apartado C («Desenlace») nos encontramos con el momento final donde los protagonistas terminan su relación. De aquí podemos deducir los siguientes elementos comunes:
a) El falso alquimista toma la riqueza que su víctima le entrega y se marcha para no volver más. Estos dos hechos ocurren en los cuatro cuentos. La forma de expresarlos de cada autor parece diferente, aunque ya comprobaremos como en el caso de Chaucer y don Juan Manuel la semejanza es muy importante.
Sólo con estos resultados no podríamos hablar de influencias, sino de compartir un tópico común, como ocurre con otros de los que existían en la Edad Media. En este punto de nuestro estudio no nos proponemos tratar de fuentes o de influencias, pero sí aprovechamos este hecho para aclarar que sería precisamente en las similitudes y paralelismos que comparten dos textos, exclusivamente, donde se pueden investigar las influencias.
En los cuentos se hace referencia a que el timador se lleva alguna riqueza de su víctima :
FELIX | ZIFAR | LUCANOR | CANON |
«fugi ab gran copia de aur. | «tomó su aver» | «desde que el golfín lo tovo en su poder» | «took hem everichoon/ to this chanoun …(1365-66) |
Esta acción común de tomar lo que su víctima les da va unida a la de marcharse y no volver. Estos dos hechos son comunes en los cuantro cuentos. Hay diferencias entre ellos en la finalidad que tiene el dinero que las víctimas han dado a los falsos alquimistas:
– En el cuento de Llull el hombre huyó con toda la cantidad de oro que el rey le dio para que lo multiplicase.
– En el de Zifar y Lucanor lo que el alquimista ha sacado a su víctima le fue dado por ésta para comprar un producto imprescindible para la transformación.
– En el cuento de Chaucer el canónigo recibe cuarenta libras como pago de la fórmula secreta.
Estas diferencias responden a la originalidad de cada autor. En cambio, en todos los casos, lo obtenido responde al fruto de un timo, con un planteamiento, un nudo y un desenlace análogo. Hemos mostrado aquí algunas diferencias, cuando nuestro objetivo principal es el de mostrar las similitudes. Sin embargo, una diferencia puede resultarlo, a veces, sólo en apariencia. Como ejemplo podemos mostrar algo que analizaremos más adelante. Aunque el canónigo del cuento de Chaucer no recibió el dinero para ir a comprar algo, sino como pago a una receta, existe una similitud entre esta situación y la que aparece en el cuento de don Juan Manuel: I have a poudre heer, that coste me deere,
Shal make al good, for it is cause of al
My konnyng, which that I you shewen shal. (1133-1135)
Estos tres versos son fundamentales: la causa de todo lo que sabe el canónigo para que le salga su transmutación son los polvos. Y porque le costaron muy caros, por eso confiesa que su fórmula es cara: What shal This receite coste? Telleth now!
By oure Lady, » quod this chanon, «it is deere (1353-1354)
Y completamos nuestra anticipación con esta cita del Exemplo XX: Et él preguntol si tenía todas las cosas que él le diera por escripto. Et el rey dixol que sí, mas que menguava el tabardie…
Estonçe contó el rey lo que podría costar la compra et la despensa et montó muy grand aver. (Pág. 129)
Comprobaremos cóomo la «reçepta» del golfín, que tiene como principal ingrediente el «tabardie», es la «receite» del canónigo, que tiene como principal ingrediente unos polvos. Si hemos explicado una de las circunstancias comunes ( el alquimista toma la riqueza que le da la víctima), hemos de mostrar ahora la otra circunstancia común en el desenlace: el timador se marcha para no volver. En los cuatro cuentos está suficientemente explícito que se marchan con la intención de no volver.
FELIX | ZIFAR | LUCANOR | CANON |
«fugi» | «et fuese, con entençión de non tornar mas» | «fuesse su ca[r]rera et nunca tornó al rey» | «He wente his wey, and never the preest hym sy after that day» (1382-82) |
La similitud entre los cuatro textos es grande en cuanto a la idea que expresan. El más sintético es Llull, pero con el uso de un verbo («fugi») que es suficientemente significativo, mientras que el más explícito es el autor del Libro del Caballero Zifar. En la forma de expresar la idea, el paralelismo más estrecho es el existente entre el texto de don Juan Manuel y el de Chaucer.
1.3. Analogía de los cuatro cuentos
Consideramos que una parte esencial para demostrar la existencia de una analogía entre los cuatro cuentos la hemos presentado ya. Nos referimos al análisis del tópico común que hemos realizado. Pero además de esto nos proponemos mostrar aquellos elementos comunes a los cuatro cuentos que se pueden considerar fuera del núcleo fundamental que consideramos como tópico. Tras un estudio de los cuatro textos vamos a enumerar los paralelismos existentes y, a continuación, los analizaremos. Antes de hacerlo conviene aclarar que si, como ya hemos indicado, el cuento de Llull es considerado como el análogo más próximo en el The Riverside Chaucer, será interesante comprobar cómo existen más similitudes entre los otros dos cuentos que analizamos y el The Canon’s Yeoman’s Tale en su «Pars Secunda». En los diferentes apartados señalaremos los paralelismos existentes entre los cuentos, siguiendo el aspecto argumental a comparar ( en negrita) con letras mayúsculas. La lectura del grado de paralelismo existente debe leerse, por tanto de izquierda a derecha. Existirá paralelismo cuando existan las mismas letras repetidas (A-A o B-B…), pudiendo repetirse tantas veces como cuentos estén implicados en ese aspecto argumental. El signo menos (-) indica una similitud menor. Tenemos que indicar que la numeración de los aspectos argumentales que analizamos en los cuatro cuentos (izquierda del cuadro de abajo) responde a una consecución temporal en el desarrollo del argumento.
FELIX | ZIFAR | LUCANOR | CANON | |
Alojamiento del alquimista2 | «e hizo que se le diera alojamiento»A | «mandó dar posada luego al cauallero»A | » espedióse del rey et fuesse para su casa»B | «this false chanoun cam upon a day/ Unto this preestes chambre» (1021-1022)C |
Demostración en secreto5 | —— | «quiero voz dezir mi poridat»A | «se quería encobrir en manera de poridat»A | «»now of my pryvetee» (1052)A |
Motivación del timador1 | «pença como pogues ajustar molt gran tresaur»A | «este alfajeme avía un fijo que nunca quiso usar del ofico del padre»B | «et avía muy grand sabor de e[n]rrequecer»A | «of the chanoun/ that broghte this preest to confusioun» (1020-21)A |
Previa preparación del truco3 | «Aquell’ hom hac més aur molt en .III. busties, en les quals havía decocció de erbes»A | «E de las doblas que traya calçinó veinte e fízolas polvos»A | «tomó çient doblas et limólas, et de aquellas limaduras fizo, con otras cosas que puso con ellas, çient pellas»A | «And understondeth that this false gyn/ Was nat maad ther, but it was maad before » (1165-66)A |
Un especiero de cómplice4 | ——– | «E el espeçiero tomó los polvos e guardolos muy bien»A | «et levó aquellas pellas et vendiólas a un espeçiero»A | ———- |
Los criados colaboran6 | ———- | «manda algunos tus omes de poridat»A | «fizo traer las cosas que quiso»A | «He bad his servant feechen hym this thyng» (1108)A |
Ante la vista del timado7 | «Demant lo rey més aqeull hom .Ia de aquelles bústies»A | ———- | «et las fundieron antel rey»A | «Right in youre sighte anon withouten lye» (1127)A |
Fundición8 | «en la caulera non fonia moltes dobles»A | «e que lo fundieron»A | «et las fundieron»A | «Or elleswhere and make it malliable» (1130)»He stired the coles til relente gan» (1278)A |
Truco9 | «L’aur qui era en la bústie pessave.M. dobles, e el rey n’avia meses .II.M. en la caldera; e a la fi pesá la missa del aur .III.M. dobles.»B | «los poluos e el plomo, poluos de la calçina, de los huesos…e fincaron los poluos de las veynte doblas todo fundido. E quando lo sacaron, fallaron pesso de veynte doblas del más fino oro»A | «tomó çient doblas et limolás, et con aquellas limaduras…»» E desque el rey] vio que de una cosa que costaba dos o tres dineros, salía una dobla fue muy alegre»C | «In which ful subtilly was maad a hole,/An therinne put was of silver lemaille» (1161-1162)»…took up a teyne/Of silver fyn, and glad in every veine/ Was this preest, whan saugh it was so» (1240-43)C |
Doblar o multiplicar10 | «el rey li havían donades, per tal que les multiplicás»A | «Ca por lo que costare una dobla faré dos»B | «et dobló la reçepta et salió peso de dos doblas de oro…»B | «Lat hym come forth and lerne multiplie» (835)A |
Nº veces del truco11 | «Per.III. vegades féu aço lo hom»A | ———- | «et daquí adelante vós lo faredes tan bien commo yo. El rey probó sin aquel maestro.A- | «…Let us gon/ with thise thre teynes, whiche we han wroght» (1331-32)A- |
El precio12 | ———– | «E mandole dar diez camellos cargados de plata»A- | «Estonçe contó el rey lo que podría catar la compra et la despensa et montó muy grand aver.»A- | «This preest the somme of fourty pound anon/ Of nobles fette» (1364-65)A- |
Conclusiones:
a) Además de los paralelismos entre los cuatro cuentos, propios del tópico común, podemos observar como existen dos más (3,8) que son comunes a los cuatro. Si analizamos con detalle estos dos aspectos, nos encontramos con que los dos podríamos haberlos incluido dentro de aquellos aspectos que hemos visto como imprescindibles para la existencia de un tópico común. Se trata de la «previa preparación del truco», que es algo obvio dentro del tópico común. En los tres cuentos españoles se especifica cómo los falsos alquimistas preparan su truco antes de empezar su demostración ante su víctima. En el caso de Chaucer no se hace exactamente así: el truco va siendo descrito por el narrador, que va emitiendo juicios de valor negativos sobre el timador, y ya en la primera demostración que hace el alquimista, el narrador aclara que éste y los demás trucos han sido preparados antes en otro lugar, lo mismo que ocurre con los cuentos españoles: And understondeth that this false gyn
Was nat maad ther, but it was maad bifore (1165-1166)
El otro aspecto donde podemos apreciar el cuádruple paralelismo representado por cuatro «A» es el de la «fundición», operación que también, obviamente, es inherente al proceso que se lleva a cabo en una operación de alquimia de esa naturaleza.
b) La similitud exclusiva entre los cuentos de Llull y de Chaucer aparece en los aspectos señalados en sólo una ocasión: se trata del uso de la palabra «multiplie» («multiplicás»). En ambos casos se usa con el mismo sentido de «transmutar», «incrementar». En el segundo sentido el concepto que expresa el término «multiplicare» es el mismo que aparece en los otros dos cuentos españoles con el término «doblar». Según Corominas (1976: 220) la palabra «dobla» aparece en el s. XIII y «doblar la. 1140, del lat. tardío DUPLARE».
El uso del término «multiplicatio» aparece como reconoce Duncan (1968: 635) en Arnaldo de Vilanova: it figures prominently in the Rosarium of Arnald of Villa Nova (1240?-1311), a treatise which the Yeoman cites
Pero también Duncan, en la misma página, incluye entre las posibilidades que este término fuera leído por Chaucer en otros tratados y le resultara atractivo: I suggest that the term multiplicatio with its several ramifications (multiplicare, multiplicando) in Arnald’s and perhaps other treatises caught Chaucer’s eye, that he found it attractive and imaginatively enlarged its meaning as one detail in his creation of the frustated yeoman.
c) De las conclusiones de los puntos anteriores (a, b) se deduce una tercera, que viene a avalar nuestro objetivo de considerar análogos los cuentos españoles referidos incluidos en el Libro de Caballero Zifar y en El Conde Lucanor. Las similitudes entre el cuento de Chaucer y el de Llull son menos que las existentes entre el cuento de Chaucer y estos otros dos cuentos españoles mencionados. Así podemos deducir como conclusiones observables en el cuadro de arriba que:
c.1. Comparten similitudes exclusivas, que no son compartidas por el cuento de Llull, los aspectos 5, 6, 12, referidos a la «demostración en secreto», «los criados colaboran» y «el precio». Esto resulta bastante significativo a la vez que lógico, si tenemos en cuenta la corta extensión del cuento de Llull.
c.2. El número total de veces que encontramos a los tres cuentos con la letra «A» y al cuento de Chaucer con la misma letra indicando un paralelismo es suficientemente revelador, pues refleja, mayor o menor grado de semejanza entre cada cuento y el cuento de Chaucer, exceptuando los aspectos 3 y 6 ya recogidos en el apartado «a)» de estas conclusiones:
FELIX……………………4 aspectos (1, 7, 10, 11)
ZIFAR……………………4 aspectos (5, 6, 9, 12)
LUCANOR………………….7 aspectos (5, 1, 6, 7, 9, 11, 12)
Este resultado indica y justifica nuestro propósito de analizar comparativamente los textos de don Juan Manuel y de Geoffrey Chaucer. Además de esta consecuencia nos parece que con lo ya expuesto podríamos avalar nuestra hipótesis de considerar análogos del The Canon’s Yeoman’s Tale («Pars Secunda») el Exemplo XX de don Juan Manuel y el cuento incluido en El Caballero Zifar llamado Del consejo que dio el infante Roboan al enperador de Trigrida sobre un físico.
d) Ya en este cuadro de arriba se observa la existencia de paralelismos exclusivos entre el cuento de don Juan Manuel y el de Chaucer. Existen elementos originales en el Exemplo XX como el del personaje del especiero y el anotar en un libro a los incautos que marcan diferencias con respecto al cuento inglés y, en cambio, un acercamiento con el cuento del Libro del caballero Zifar. Estas dos semejanzas entre ambos indican una influencia en estos dos aspectos del segundo con respecto al primero. Algún otro aspecto como en del «truco»; es decir, los elementos utilizados para engañar a la víctima permiten del mismo modo establecer similitudes y diferencias. Así los «poluos» que aparecen en Zifar parecen indicar un paralelismo claro con los «poudres» que utiliza el canónigo. Sin embargo, esta aparente lejanía con respecto al cuento de don Juan Manuel la veremos disiparse al analizar más adelante la palabra «tabardie», al mismo tiempo que comprobaremos la equivalencia entre las «limaduras» del golfín y las «lemaille» usadas por el canónigo.
e) En el aspecto de la motivación del alquimista encontramos una excepción curiosa. Al parecer el timador del cuento del Libro del Caballero Zifar lo es no por avaricia sino por la vergüenza que siente por ser hijo de un «alfajeme». Así lo reconoce Cristina González (ed., 1983: 403, n. 488): La vergüenza de tener que confesar su oficio anterior es la motivación de la mentira, que resalta así, hasta cierto punto, justificada, frente a lo que sucede en otras versiones de este cuento, en las que la mentira se hace con verdadera mala intención. Véase el enxiemplo XX de El Conde Lucanor y se comprenderá la diferencia.
Efectivamente la diferencia es notoria, no sólo en el caso del cuento de don Juan Manuel, sino en los demás donde, de una manera o de otra, se especifica la existencia de la intención de enriquecerse. En el caso del canónigo de Chaucer vemos que se expresa esta intención de una forma más sutil. Es el narrador el que adelanta que el canónigo será la ruina («confusioun») del sacerdote. Pero en definitiva, todos juegan con que su víctima caerá en la tentación de la avaricia y usarán la creencia en la alquimia como un medio clave para realizar su timo.
f) En la «previa preparación del truco» hemos citado unas palabras del texto de Chaucer para demostrar que existe esa preparación y, por tanto, este punto común de encuentro entre los cuatro cuentos. Pero debemos añadir, en este punto de nuestro trabajo, que existen más elementos comunes en la preparación del truco, que el breve espacio de un cuadro no nos permite expresar. Nos referimos al uso de «erbes» en el caso del cuento de Llull que no son utilizadas en ningún otro cuento. Obviamente tenemos que volver a recordar que estamos comparando la «Pars Secunda» del cuento de Chaucer. Y es conveniente aclarar esto porque en la primera parte sí aparece este término entre los muchos ingredientes citados que se usan en la alquimia: «And herbes koude I telle eek many oon» (799).
Un instrumento que se usa en el proceso de la alquimia para fundir metales es el crisol. Este no aparece mencionado en el Exemplo XX y sí en los demás cuentos: Felix: «caulera»; Zifar: «cresuelo», Canon’s: «crosselet». Algo similar ocurre con los carbones para el fuego que se utiliza para poder realizar la fundición: Zifar: «carbon»; Canon’s: «coles». No nos ocuparemos en analizar lo que no está explícito en los textos, aunque está latente su existencia significativa. Sin embargo, nos detendremos para analizar brevemente una aparente diferencia, que tras el análisis puede no serlo. Nos referimos al paralelismo existente entre la palabra «poluos», que aparece en Zifar, y «poudres», que aparece en el cuento de Chaucer. Esta palabra, que no aparece en el Exemplo XX, puede tener su equivalente.
Los polvos son, en realidad, algo que no vale nada más que para timar a la víctima. Así lo reconoce el narrador del cuento de Chaucer: And this chanoun into the crosselet caste
A poudre noot I wherof that it was
Imaad, outher of chalk, outher of glass,
Or somwhat elles, was nat worth a flye. (1147-50)
He aquí la composición de los polvos: desconocida y que no tiene ningún valor en sí. Aparentemente, su paralelismo más cercano está en los «poluos» del cuento de Zifar. Sin embargo, si vemos la composición de estos «poluos», nos encontramos con que: «de las doblas que traya calçino veynte, e fízolas poluos,». Esto siginifica que son prácticamente equivalentes a las «limaduras» que «fizo» el golfín con las «çient doblas». En ambos casos son «doblas»; es decir, monedas de oro. Por tanto, encontramos una equivalencia no entre los «poluos» que aparecen en el cuento Zifar y los «poudres» del canónigo de Chaucer, sino entre los «poluos» y las «limaduras» del golfín y las «limaille» del canónigo. Es también significativa la interpretación que de la palabra «golfín» recoge Burke (1976: 173), quien sugiere que pudiera provenir de «gold-filings»; es decir, «limaduras de oro», que es lo que contienen las «pellas» llamadas «tabardie».
g) La existencia de un cómplice es un elemento exclusivo del cuento de El libro del caballero Zifar y del cuento de El Conde Lucanor, con la observación de que el primero es fuente del segundo. El uso de este personaje es para asignarle la función de un instrumento más que ayude a ganar la confianza de la víctima dando credibilidad al timador. El «espeçiero» que vende el «tabardie», sin el cual «non podía fazer alquimia», y el «espeçiero», que vende «poluos de alexandrique», hacen ver a las víctimas que el producto maravilloso se puede adquirir como otros productos. Esto hará que, al final, las víctimas manden a por una cantidad de esos productos proporcional a su grado de avaricia. La diferencia de ambos cuentos con respecto al cuento de Chaucer estriba en que la confianza se la gana el timador cumpliendo su palabra al devolverle un préstamo: Certes, quod he, no thyng anoyeth me
To lene a man a noble, or two, or thre,
Or waht thyng were in my possessioun,
Whan he so trewe is of condicioun
That in no wise he breke wole his day;
To swhich a man I kan never seye nay. (1036-1041)
Pero, tras una aparente diferencia que nos hace pensar en que tiene poco que ver este personaje con el cuento de Chaucer, se esconde una misma realidad que los autores nos cuentan de forma original: Chaucer prescinde de la figura del espeçiero pero refleja la misión de éste con respecto al producto milagroso («poudre»). El canónigo confiesa tres aspectos interesantes que se derivan de la siguiente cita: I have a poudre heer, that coste me deere,
Shal make al good, for it is cause of al
My konnyng, which that I yow shewen shal (1133-35)
Que el «poudre» ha sido comprado se deduce del verbo «coste». Esto implica que un especiero o alguien similar se lo ha vendido.
Que le ha costado caro está explícitamente dicho («coste me deere»), lo cual es importante porque una parte importante del timo consiste en hacer creer a la víctima que vale mucho, cuando ya nos dice el narrador que no vale nada («was nat worth a flye», 1150) para que pueda cobrar caro por la receta («it is deere», 1354).
Por tanto, de la aparente gran diferencia, podemos pasar a vislumbrar una cierta semejanza a través del contenido latente que se desprende de algunas palabras explícitas.
h) El alojamiento del falso alquimista, como puede verse en el cuadro de arriba, tiene su paralelismo entre los cuentos de Felix y Zifar, donde la similitud es obvia. En el caso de los cuento de don Juan Manuel y Chaucer comprobamos que no existe este alojamiento. La procedencia del timador y el camino que recorre hacia su víctima parece ser distinta. En el cuento del golfín, éste se traslada «a una villa do era el rey». Las diferencias en cuanto al alojamiento están claras. Sin embargo, entre los timadores de los cuentos, exceptuando al del cuento de Zifar, encontramos una similitud:
– Los timadores quieren obtener dinero, como queda reflejado en el aspecto nº 1 sobre la «motivación del timador».
– Los timadores acuden a quien tiene dinero: el golfín a «un rey que non era de muy buen recabdo»; el «hom» del Felix a un «rey hac molt gran plaser de savenguda, e féu-li donar hostal e tot ço que mester havia»; el canónigo de Chaucer acude a un sacerdote que «And spendyng silver hadde he right ynow» (1018).
i) Sobre el secretismo que rodea a las demostraciones de los timadores ante las víctimas la similitud, como puede observarse en el cuadro anterior, es general. Es una forma de dar realismo al cuento en consonancia con la temática que trata: la alquimia.
En los tres cuentos donde se expresa explícitamente el paralelismo existen palabras que lo sustentan. Nos referimos a la equiparación de «poridat», que aparece en los textos españoles, con la palabra «pryvetee».
Existe una doble finalidad en el tratamiento del tema del secretismo en el cuento de Chaucer y el cuento de don Juan Manuel. Por una parte, una función que recorre la acción argumental, que pretende dar realismo y que la víctima se convenza en el ambiente apropiado, sin nadie delante; por otro lado, nos parece que la ironía está presente en los dos autores. El hecho de que el «yeoman» se haya rebelado contra su moral al encontrarse con los peregrinos, y desvele sus secretos, parece una contradicción entre la «experience» (1125) del «yeoman», narrador del cuento y el «chanoun», personaje del cuento que él critica. La ironía está funcionando. Así, sirva de ejemplo la siguiente cita del final del cuento, cuando la víctima ha sido timada y el timador ha sido furibundamente criticado por el narrador: Sire preest, «he seyde, «I kepe han no loos
Of my craft, for I wolde it kept were cloos;
And, as ye love me, kepeth it secree.
For, and men knewen al my soultiltee,
By God, they wolden han so greet envye
To me by cuase of my philosophye
I sholde be deed, ther were noon oother weye. (1368-74)
Del mismo modo veamos, como ejemplo, una cita del cuento de Lucanor donde aparece el secretismo con la doble función de dar realismo, verosimilitud y, por tanto, despertar la confianza en la víctima, a la vez que, mediante la ironía, el autor critica y se distancia de lo criticado: Et el golfín, commo quier quel fizo muestra que se quería encobrir et que lo non sabía, al cabo diol a entender que lo sabía, pero dixo al rey quel conseiara que deste fecho non fiasse [de omme] del mundo nin venturasse mucho de su aver, pero si quisiesse, que provaría antél un poco et quél amostraría lo que ende sabía. (Pág. 128)
j) Otro de los aspectos recogidos en el cuadro anterior, que consideramos interesante comentar, es el del truco. La similitud que hemos establecido mediante las letras refleja una semejanza (C, C) entre los cuentos de don Juan Manuel y de Chaucer, a pesar de lo indicado en el apartado «f)» sobre la aparente similitud entre los «poluos» del cuento de Zifar y los «poudres» del canónigo. Más adelante estudiaremos en profundidad las similitudes entre las palabras «limaduras», «tabardie», «golfín» y «reçepta» con algunas del Cuento del Criado del Canónigo. Ahora nos limitaremos a señalar una similitud general que no hemos indicado hasta el momento. Los ingredientes que se utilizan en las demostraciones son diferentes: «plomo», «quyksilver», «coper»… En los tres cuentos españoles el objetivo final es conseguir oro y, por tanto, éste está presente entre los ingredientes usados para que se pueda obtener tal resultado. En el cuento de Chaucer nos encontramos con, al menos, una aparente contradicción: el canónigo pidió prestado oro al sacerdote: Bysechynge hym to lene hym a certeyn
Of gold, and he wolde quite it hym ageyn. (1024-25)
Sin embargo, unas líneas antes, se decía que tenía suficiente plata para gastar: «And spendyng silver hadde he right ynow» (1018). Lo que se pretende conseguir con la alquimia es plata, puesto que de esto son las limaduras que, ocultamente, echa el canónigo, y de esto son las tres piezas («teynes») que se obtienen al final: «This preest took up this silver teyne anon». Cuando el cuento termina, el narrador se dirige a su audiencia y da la impresión de que el cuento no ha sido sobre la plata sino sobre el oro: Considereth, sires, how that, in ech staat,
Bitwixe men and gold ther is debaat (1388-89)
Existe una contradicción que consideramos que se debe a la intención del autor de recrear sus préstamos de otros autores, de tal manera que prime la originalidad en la influencia a la simple copia, característica que es frecuente en Chaucer.
Además de comentar los aspectos que aparecen en el cuadro anterior, nos parece oportuno cerrar estos comentarios con la comparación entre la estructura dialogada de los tres cuentos españoles y la estructura que tiene The Canon’s Yeoman’s Tale.
La historia-marco de los tres cuentos españoles es una variante de la que presentan los relatos donde dialogan el maestro y el discípulo, cuyo uso era bastante frecuente en las colecciones de ejemplos. Así lo recoge Alan Deyermond (1989: 33) en su estudio preliminar de la edición que hace junto a Ricardo Ayerbe-Chaux de El Conde Lucanor: El uso de una historia-marco se inició en castellano con las primeras colecciones vernáculas, el Libro de los asayamientos de las mugeres (Libro de los engaños) y Calila y Dimna.
En el caso del libro de don Juan Manuel es él mismo quien anuncia al terminar su prólogo cuál será el marco: E pues el prólogo es acabado, de aquí adelante començaré la manera del libro, en manera de un grand señor que fablava con un su consegero. E dizían al señor conde Lucanor, e al consegero, Patronio (Págs. 51-52)
Pero al margen de la estructura general de las obras en que los cuentos están insertos, nos interesa analizar sólo la posible analogía entre los cuatro textos en cuanto a que tengan una historia-marco en donde un personaje demanda un consejo o hace una pregunta y otro contesta con un ejemplo que funciona como argumento probatorio («exempla«).
2.- VI. Llibre sisé: Dels Metalls. IV. De l’ alquimia (Llibre de Meravelles)
La historia-marco está formada por Felix que pregunta a un filosofo: ço és saber com pot hom haver tan gran affecció a la art de la alquimia, si la art no és verá (Pág. 82)
Esto, en realidad, no es el planteamiento de ningún problema, entendiendo como tal un problema personal que requiera un consejo. Se trata más bien de la petición de información de una cuestión que parece más bien filosófica, en el sentido de que el que pregunta parece querer conocer la naturaleza humana. Tras la pregunta aparece la respuesta que no es sino el cuento que nos ocupa. La anécdota, la historia que cuenta, funciona como un «exemplum» que ilustra lo que quiere decir. Sin embargo, no hay un consejo explícito que se desprenda de la narración.
3.- Del consejo que dio el infante Roboan al emperador de Trigrida sobre un físico (Libro del caballero Zifar)
Ya el título que nos ocupa es bastante elocuente. Se trata de un personaje de un estrato social superior que ante un problema real pide consejo. Este consejo será dado mediante un cuento («exemplum») ilustrativo, que avalará y determinará el consejo final.
a) Planteamiento del problema.
Un «liçençiado» llega al emperador y le ofrece sus servicios: «que de todas las enfermedades del mundo guaresçia los omnes con tres yeruas que el conosçia». El emperador le pregunta dónde se encuentran esas yerbas, respondiendo éste que muy lejos.
b) Motivación del cuento con la petición de información.
El emperador pide consejo a sus físicos, quienes le aconsejan que le hiciese caso, que le diese «lo que oviese mester». Sin embargo, le pide consejo al infante Roboán. Este le dice que «non quería que por su consejo le contesçiese lo que contesçió a un rey moro…»
c) Interés y petición para que cuente el relato
El emperador se interesa por lo que le menciona su interlocutor, de tal manera que le dice «commo fue». A lo que el infante Roboán le contesta «Yo vos lo diré»
d) Relato
A continuación le cuenta la historia que conocemos y que tiene como función ilustrar de una forma amenazadora el consejo que le dará al final, como una conclusión.
e) Consejo
Comienza su consejo con estas palabras: «E por ende Señor». Esto indica que lo que viene a continuación es una derivación de lo dicho anteriormente, una consecuencia. El consejo es algo que se puede aplicar a la vida real: «ca grand mengua de entendimiento es auenturar ome grant auer en cosa dudosa.»
4.- Exemplo XX. (El Conde Lucanor)
El diálogo se produce entre Lucanor y Patronio de la misma forma siempre: cuando «un día fablava el conde Lucanor con Patronio, su conseiero, en esta manera».
a) Planteamiento del problema
Lucanor le plantea un problema personal que le afecta a su vida y para lo cual necesita un consejo: un omne vino a mi et dixo que me faría muy grand pro et grand onra, et para esto que avía mester que catasse aquel fecho; ca, desque fuesse acabado, por un dinero avría diez. (Págs. 126-127)
b) Interés y petición para que cuente el relato
Una vez que el conde le ha planteado el problema a Patronio éste le sugiere contarle «lo que contesçió a un rey con un omne quel día que sabía fazer alquimia.» Ante esto, Lucanor reacciona interesado: «El conde le preguntó cómmo fuera aquello.»
c) Relato
Patronio le cuenta la historia del golfín que timó al rey «que no era de muy buen recado» y que, por su avaricia que le hace confiar y arriesgar mucho de lo suyo, lo pierde.
d) Consejo
Patronio deduce el consejo de su relato y le dice «non aventurades, por cosa que no sea çierta tanto de lo vuestro». La semejanza con el consejo del infante Roboán es prácticamente total.
5.- The Canon’s Yeoman’s Tale (The Canterbury Tales)
Como es bien conocido, este cuento de Chaucer presenta la novedad, con respecto a los demás, de que no parece que estuviera en la primera intención de Chaucer su inclusión, al no aparecer en el «Prólogo General».
Consideramos que existe un marco para la historia y que ese marco se caracteriza, igual que en los cuentos españoles, por un diálogo entre dos personas y que la necesidad del cuento viene motivada por el interés y las preguntas que hace el «Host» al «Yeoman». También planteamos que, una vez concluido el relato, el narrador se dirije a su interlocutor, dándole un consejo que se deriva de la historia ejemplificadora que ha contado. Si bien es cierto que el interlocutor del narrador («Yeoman») no sólo es una persona («Host»), sino que se suponen que son los demás peregrinos, es bien cierto que es solamente éste el que dialoga con el narrador, al igual que ocurre en los cuentos españoles donde el diálogo es entre dos.
Trataremos de demostrar la existencia de las mismas partes en la estructura del diálogo que supone la totalidad del cuento. En el cuento que nos ocupa el diálogo que motiva el relato entre el Criado del Canónigo y el Hospedero se produce cuando el primero, junto a su amo, abordan a los peregrinos para unirse a ellos y al concurso de cuentos. Cuando el Hospedero le pregunta sobre la posibilidad de que su amo cuente un cuento: Can he oght telle a myre tale or tweye,
With which he glade may this compaigne?
el Criado del Canónigo se rebela porque un problema lo corroe y está dispuesto a sincerarse durante todo su discurso como indica Lee Patterson (1993:36): When the Host invites him to portake of the socially incorporative act of confession, the Yeoman responds with a blandy unthinking commitment to truth-telling: `Swich thyng as that I knowe, I wol declare'(line 719). This desire for straightforward declaration is everywhere visible in the Yeoman’s discourse.
a) Planteamiento del problema
Tras esta introducción en la escena de la peregrinación el Criado del Canónigo ejemplificará con un cuento un problema que el tiene porque lo sufre y no es capaz de desprenderse de él: For it is ernest to me, by my feith;
That feele I wel, what so any man seith
And yet, for al my smert and al my grief,
For al my sorwe, labour, and meschief,
I koude nevere leve it in no wise. (710-714)
b) Interés y petición para que cuente el relato Telle how he dooth, I pray hertely,
Syn that he is so crafty and so sly.
Where dwelle ye, if it to telle be? (654-656) Why artow so discoloured of thy face? (664)
Estas peticiones del Hospedero hacen que el Criado del Canónigo se disponga a hablar, pero su amo le recrimina que esté desvelando algo secreto y es el Hospedero el que, tras demostrar la curiosidad que despierta la alquimia en esa época (tal y como la demuestran las víctimas de los falsos alquimistas de los relatos), le da su permiso y conformidad para que siga: Ye», quod oure Hoost, «telle on, what so bityde.
Of al his thretyng rekke nat a mytel! (697-698).
A continuación el discurso del Criado del Canónigo se divide en dos partes, en la primera habla de los ingredientes y de su experiencia en la alquimia, y en la segunda parte cuenta el cuento.
d) Relato
La relación entre el problema que se plantea y el contenido del cuento que narra el Criado del Canónigo es bien estrecha: trata de un «false chanoun» que engaña a un sacerdote haciéndole creer que puede obtener plata mediante la alquimia.
e) Consejo
El narrador, al terminar su relato se dirige a sus interlocutores («sires«, 1388) para indicarles su consejo, la conclusión, la enseñanza que se deduce del ejemplo planteado para ilustrar el problema de la falsedad de la alquimia. Thanne conclude I thus, sith that God of hevene
Ne wil nat that the philosophres nevene
How that a man shal come unto this stoon,
I rede, as for the beste, lete it goon.
For whose maketh God his adversarie
As for to werken any thyng in contrarie
Of his wil, certes, never shal he thryve,
Thogh that he multiplie terme of his lyve (1472-1479)
La palabra «conclude» recoge explícitamente la función de este fragmento citado. Es una conclusión, una idea final que el narrador entrega a su audiencia para que les pueda ser útil para sus vidas; es decir, es una especie de moraleja. El alejamiento de la alquimia es la solución al problema que se planteó al principio y que el criado del canónigo confiesa que «I koude nevere leve it in no wise».
Observamos como se encuentran también en el cuento de Chaucer los mismos elementos estructurales en el argumento, que son fundamentales en su constitución como tal.
Dr Jesús L. Serrano Reyese-mail: jlreyes@teleline.es Home page: http://www.chaucerandspain.com
NOTAS
1. La edición de este texto que nosotros usaremos es: Montaner, R. Ed., Llibre de meravelles, vol. II. El Nostres Classics, 38. Barcelona: Barcino, 1932.
2. Para este texto usaremos la edición de Cristina González, Libro del Caballero Zifar. Madrid: Cátedra, 1983.
3. Para este texto continuamos usando la edición de José M. Blecua, El Conde Lucanor. Madrid: Castalia, 1991.
4. Puede leerse: «Alchemi as Counter-Culture», págs. 46 y ss., Chiara Cristiani, «Nota sull’alchimia `francescana’nel sec. XIII», Atti del XXV Congreso nazionale di filosofía (Rome: Societá Filosófica Italiana, 1980).
5. A partir de aquí usaremos, en algunas ocasiones, no el título completo de los cuatro cuentos sino un nombre más simplificado que nos permita una mayor posibilidad de ejecución de tablas y gráficos: llamaremos «Zifar» al cuento «Del consejo que dio el infante Roboán al emperador de Trigida sobre un físico», incluido en el Libro del Caballero Zifar; «Felix» al cuento «IV. De l’alquimia» inserto en el «Llibre Sise: Dels Metalls» del Llibre de Merevalles o Felix; «Canon» al cuento de Chaucer The Canon’s Yeoman’s Tale.
BIBLIOGRAFÍA
AYERBE-CHAUX, R. 1975 El Conde Lucanor. Materia tradicional y originalidad creadora. Madrid: Porrúa.
BENSON, L. D. ed. 1991 The Riverside Chaucer. 3rd ed. Oxford: O.U.P.
BLECUA, J. M. ed. 1991 El Conde Lucanor. Madrid: Castalia.
BURKE, J. 1976 «Juan Manuel’s Tabardie and Golfin», Hispaniae Review XLIV, pp. 171-178.
COROMINAS, J. 1954 Diccionario Crítico-Etimológico de la Lengua Castellana. Madrid.
…………. 1976 Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española. Madrid: Gredos.
DEVOTO, D. 1972 Introducción al estudio de don Juan Manuel y en particular de «El Conde Lucanor»: una bibliografía. Madrid: Castalia.
………. 1966 «Cuatro notas sobre la materia tradicional en don Juan Manuel. Bulletin Hispanique 68, pp. 112-149.
DEYERMOND, A. D. 1979 Historia de la Literatura Española. La Edad Media, I. Barcelona: Ariel.
DUNCAN, E. H. 1968 «The Literature of Alchemy and Chaucer’s Canon’s Yeoman’s Tale: Framework, Theme, and Characters», Speculum: A Journal of Medieval Studies 43, pp. 633-656.
GONZÁLEZ, C., ed. 1983 Libro del Caballero Zifar. Madrid: Cátedra.
LIDA, M. R. 1969 «Tres notas sobre don Juan Manuel», Estudios de Literatura. Española Comparada. Buenos Aires: Eudeba, 92-133
MARIN, D. 1955 «El elemento oriental en don Juan Manuel: síntesis y Evolución», Comparative Literature, VII, 1. Oregon: Eugene, pp. 1-14.
MONTANER, R. Ed. 1932 Libre de Meravelles. Barcelona: Barcino.
PATTERSON, L. 1993 «Perpetual Motion: Alchemy and the Technology of the Self», Studies in the Age of Chaucer 15, pp. 25-57.
Anexo
Este documento ha sido editado en formato digital por la revista ESPECULO en la siguiente ULR: http://www.ucm.es/info/especulo/numero9/canon1.html
Geoffrey Chaucer en la Red. Lugares recomendados:
The Electronic Canterbury Tales- The Canon’s Yeoman’s Tale
The Canterbury Tales Universidad de Virginia.
Geoffrey Chaucer en Luminarium.
Versión en castellano de prólogo y cuento en AZOGUE.